El milagro de la tigresa Greta, que «resucitó» en Paderne

Toni Silva PADERNE / LA VOZ

PADERNE

Greta juega con su cuidador, Javier Ares, en las instalaciones de Corax Fauna
Greta juega con su cuidador, Javier Ares, en las instalaciones de Corax Fauna ANGEL MANSO

Desahuciada al nacer por su madre y por otros centros de fauna, hoy cumple tres meses en Corax, donde logró sobrevivir

13 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llama Greta y acaba de engrosar la familia de tigres del centro Corax, en Paderne, un lugar que acoge y exhibe numerosas especies salvajes. Greta llegó a punto de expirar, con apenas cinco días de vida y un trancazo tan fuerte que la dieron por imposible en otros centros. «Nació en una época fría dentro de una cueva en un centro de cautividad en España», señala Javier Ares, quien prefiere omitir el lugar. «Cuando las crías son muy delicadas, las madres las abandonan e incluso en ocasiones optan por sacrificarlas», relata Javier, corresponsable de Corax Fauna. De hecho, en esa camada murieron tres pequeños tigres y se salvaron Greta y un hermano.

Tras buscar de urgencia un lugar para recuperarla, en Corax levantaron la mano para intentar salvarla. Ana, la hermana de Javier, dedicó 24 horas al día para alimentarla y realizarle todos los ejercicios necesarios para que volviera a este lado del túnel. Tardó un mes en recuperarse del catarro, pero fue necesario mantener con ella una medicación de antibióticos, biberón con leche especial para felinos y estimularla para que pudiera hacer sus necesidades. «Estaba tan débil que tuvimos que inyectarle suero», relata Javier.

Hoy ha alcanzado los tres meses de vida y puede decirse que está fuera de peligro. Pero Greta no puede presumir de salud porque tiene más problemas, concretamente malformaciones en sus patas que le complican el acto de caminar. «Le falta alguna falange en las patas delanteras, y luego en las traseras tiene varias falanges juntas», explica Ares.

El resultado es que la pequeña tigresa experimenta dolor a la hora de caminar. De momento no es algo paralizante para soportar 10 kilos de peso, pero cuando crezca y alcance los 120 sus patas no podrán sostenerla. «Este martes tuvimos la última revisión y el veterinario dice que no queda otra opción que operar. Aunque ha mejorado mucho la pisada, sigue batiendo con dos huesos», señala el responsable de Corax Fauna. De este modo, amputarán alguna falange y le implantarán una estructura de alambre «para que no tenga dolor».

Un problema crónico

Los cuidadores ya intuyen que las revisiones de las patas de Greta serán de por vida. Estos animales pueden vivir en cautividad más de veinte años (la mitad en estado salvaje). Izan es un buen ejemplo a sus 17 años, si bien se ve «como un anciano lento». En Corax también viven dos tigres blancos, Ander y Selva. Pero el primer compañero de Greta es Chispa, un perro que le sirve de apoyo y la estimula para moverse y jugar. «Esta tigresa era un ser muy delicado cuando llegó a Paderne, nadie apostaba por ella. Ningún otro centro se quiso hacer cargo. Además de educativo, nosotros también somos un centro de rescate de fauna salvaje», recuerda Javier.