Una vecina de Sada da a luz en la escalera, ayudada por su marido, en un parto imprevisto y sin sentir contracciones

D. Vázquez SADA / LA VOZ

SADA

La madre, que había salido de cuentas hacía cuatro días, fue asistida por la Policía Local y sanitarios

10 may 2020 . Actualizado a las 23:15 h.

Inesperado y rápido. Así fue el nacimiento del pequeño Alberto, que sorprendió a sus padres la madrugada de este domingo en su casa de Carnoedo, en Sada. La madre, Mara Valeiro, de 34 años, estaba cantándole a su hija Mía, de tres años, en la cama para que se durmiera. Fue al baño y sus gritos alertaron a su pareja, Alberto Pérez. Había salido de cuentas hacía cuatro días, pero «por culpa del covid no pudo hacerse la tercera ecografía y otras pruebas», explica su pareja. Si no rompía aguas antes tenían previsto provocarle el parto este lunes. No sintió contracciones, pero el momento de dar a luz la paralizó en el cuarto de baño, desde donde ella misma llamó a los sanitarios.

Mientras, Alberto hacía lo propio para que su madre, que vive cerca, se ocupara de la niña. Mara solo consiguió llegar al descansillo de la escalera. «Vi que estaba saliendo la cabeza y una mano y pensé que no daba tiempo a nada», relata Alberto, que reconoce que temió lo peor por cómo veía al pequeño y le pidió a Mara que empujara. «No respiraba bien, tragó líquido amniótico, le di unas palmaditas y se lo puse en el pecho», explica, y agradeció que llegaran en ese momento los agentes de la Policía Local de Sada y los sanitarios, que ayudaron a sacar el cordón umbilical y a bajar a la parturienta para ser trasladada. «Su trabajo fue de diez», dice Alberto. «Fue un susto de campeonato», resume todavía con sentimientos encontrados.

Alberto Pérez, con el pequeño Alberto en brazos
Alberto Pérez, con el pequeño Alberto en brazos

«Al niño lo ingresaron para hacerle pruebas, está en neonatos, aunque en principio está todo bien», explicaba Alberto desde casa de su madre, a donde se desplazó al mediodía de ayer para ver a su hija, a las que los gritos y el trajín asustaron. Al poco volvía con Mara al hospital, que se encontraba dolorida por el esfuerzo. «El niño fue grande, pesó 3,800 y midió 54 centímetros», comenta el orgulloso padre.