Ana Fátima Gómez Suárez, neuropsicóloga: «Las empresas pueden ganar mucho si saben sacarle partido a un TDAH»

SADA

Coordina los grupos de adultos con este trastorno en la Fundación Ingada
07 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Toca desmontar el mito. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no afecta solo a los niños. Lo explica la neuropsicóloga coruñesa Ana Fátima Gómez Suárez (Sada, 1983), que es la especialista en la materia de la Fundación Ingada.
—¿Cómo es el TDAH en adultos?
—En nuestro imaginario colectivo, cuando hablamos del TDAH suele venirse la imagen del «típico niño movido o inquieto», como si se tratase de un trastorno exclusivo de la etapa infantil. Esto es algo totalmente alejado de la realidad. Los síntomas pueden persistir en la edad adulta. En torno al 30-50 % van a continuar manifestando síntomas de TDAH.
—¿Cuáles son esos síntomas?
—Las dificultades atencionales: tienen despistes como perder las llaves o la cartera, suelen llegar tarde, olvidan citas importantes o les cuesta organizar las tareas; la hiperactividad, no pueden realizar tranquilamente una actividad, necesitan tener algo en las manos, mover las piernas o tienden a sobrecargarse de tareas; y la impulsividad, dicen las cosas sin pensar en las consecuencias, interrumpen conversaciones o tienen dificultades para hacer una cola o tolerar la frustración.
—¿Cursan diferente en un adulto?
—En los adultos disminuye la hiperactividad, pero destacan las dificultades para concentrarse, organizarse y gestionar el tiempo, así como los problemas para regular las emociones, que es lo que más interfiere en su día a día. A nivel laboral, se desmotivan con facilidad o tienden a postergar las tareas burocráticas.
—¿Se lleva mejor de mayor?
—Los síntomas son exactos, pero su manifestación va variando con la edad. Es muy difícil que veamos a un adulto con TDAH trepando por las paredes, que es lo que nos viene a la cabeza cuando pensamos en la hiperactividad de un niño, pero sí que lo vamos a ver moviendo la pierna, las manos o con inquietud interna. Las ideas se le agolpan en la cabeza y tiene un habla atropellada.
—¿Llegan muchos casos a la vida adulta sin diagnosticar?
—Sí, porque el TDAH adulto era el gran olvidado hasta hace unos años. Son personas que ya desde pequeñas tenían la sensación de sentirse diferentes o no encajar. Les decían "eres un desastre, un vago" y esa sensación de fracaso y despistes se repite luego en el trabajo o en la pareja.
—¿Hay diferencias por sexos?
—Se da por igual, pero en el caso de las mujeres pasa más desapercibido y se les diagnostica tarde. La ansiedad y la depresión pueden enmascarar al TDAH. Incluso muchas personas llegan al diagnóstico tras haber sido diagnosticado alguno de sus hijos.
—¿Todo son dificultades?
—No, estamos acostumbrados a destacar las dificultades, pero las personas con TDAH poseen características muy positivas. Suelen ser muy creativas e imaginativas, con una gran curiosidad e intuición, empatía, sentido de la justicia y resiliencia. Además, su energía desbordante y su hiperfoco (capacidad de estar muy concentrados durante mucho tiempo), cuando están bien gestionados, les permite tener un elevado grado de eficiencia y productividad.
—¿Eso puede ser una ventaja a nivel laboral?
—Sí, bien llevados, son un gran activo para las empresas. Poco se habla del impacto que tiene un TDAH en el entorno laboral. La empresa puede ganar mucho si sabe sacarle partido a un TDAH.
—Solo hay que ver al doctor Ángel Carracedo, una eminencia.
—¡Sí! En mi grupo hay personas con cuatro carreras. Los admiro.
«Convivir con el TDAH en la edad adulta»: Es el título de la ponencia que impartió Ana Fátima Gómez en la sede de Afundación de A Coruña el pasado 27 de abril. Sirvió para explicar a los asistentes cómo se detecta, diagnostica y trata el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
«Los estudios indican que hay un infradiagnóstico en el caso de los adultos»
Las personas con un TDAH sin diagnosticar suelen llegar a la vida adulta "con una mochila cargada de estrategias compensatorias" que han desarrollado a lo largo de su vida. Así lo explica la neuropsicóloga Ana Fátima Gómez.
—¿Qué pasa cuando el TDAH se diagnostica tarde?
—Es probable que derive en ansiedad, depresión, problemas de adicciones o con la comida (trastorno por atracón). Suelen ser adultos que han tenido una historia previa de fracaso escolar dificultades en esa área, historial de adicciones o problemas de conducta. Personas que han ido compensando sus dificultades con mucho esfuerzo y apoyo a nivel familiar, pero con un gran coste a nivel emocional.
—Se está detectando más porque hay un mayor conocimiento. ¿Hay un sobrediagnóstico?
—No, en absoluto. De hecho, los estudios indican que hay un infradiagnóstico en los adultos. Y cuando se diagnostica a esta edad, suele coincidir con una etapa de mayor exigencia por parte del entorno laboral o familiar.
—¿Qué acciones se llevan a cabo desde la Fundación Ingada?
—Cada vez son más las solicitudes de asesoramiento que recibe la Fundación Ingada por parte de adultos de diversas partes del mundo. Hemos iniciado acciones como el programa de teleasistencia, un blog con recursos y materiales didácticos y talleres monográficos. También se está trabajando en la elaboración de una colección de guías específicas. La primera está centrada en el ámbito laboral. Cuando se pone el foco en sus fortalezas, se convierten en un diamante en bruto. Con las estrategias y apoyos que precisan, pueden convertirse en un activo muy valioso para la empresa.