




















Miles de personas se repartieron por la comarca para vivir la noite meiga. También lejos del mar. Solo en Abegondo hubo 300 hogueras
24 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hay más litoral que A Coruña para disfrutar del San Xoán. Santa Cristina y Bastiagueiro, en Oleiros, el arenal urbano de Sada, Gandarío en Bergondo... entre otras muchas playas de la comarca, cruzaron el umbral de la medianoche llenas de gente cargadas con los mismos ingredientes gastronómicos que en la gran urbe.
El Curruncho está en una esquina de Sada, pero volvió a ser el epicentro de la fiesta meiga en esta localidad. Junto a la playa de Delicias, el Concello volvió a triunfar con su oferta de sardinas, pan, taza conmemorativa y bebida por 7 euros, la misma tarifa que el año pasado. Aquí la mezcla de campo y arena hace especialmente cómoda la espera de la noche, amenizada con gaiteiros y un ambiente muy familiar.
También familiar fue Santa Cristina, donde el reparto de leña volvió a correr a cargo del Concello. En Bastiagueiro abundaban las pandillas de amigos. Estos arenales son pequeñas réplicas de Riazor, pero en los que el San Xoán se vive con la misma intensidad.
El mar tampoco es indispensable para vivir como se merece la noche más corta del año. Por ejemplo, en Culleredo se encendieron 257 fuegos entre hogueras, sardiñadas y barbacoas, la gran mayoría en zonas rurales. El vecino municipio de Cambre dio permiso para 164 hogueras y numerosos establecimientos repartieron comida a la brasa entre sus clientes.
Abegondo, siendo la quinta parte poblacional de los dos concellos anteriores, expidió más permisos, 290, para la realización de lumeiradas, luciérnagas gigantes a vista de pájaro entre numerosos espacios verdes.
Todos los concellos han emitido en los últimos días consejos e indicaciones a sus vecinos para que la fiesta discurriera sin sobresaltos. La propia delegada de la Xunta, Belén do Campo, apareció ayer por la mañana en la playa de Gandarío para repartir una especie de manual de instrucciones sobre el San Xoán.