Ugo Mulas, renovador del lenguaje fotográfico y cronista del pop

Miguel Lorenci

CULTURA

Por primera vez se muestran en España los ensayos del polifacético italiano, que indagó en el proceso creativo de grandes artistas del siglo XX.

01 jun 2009 . Actualizado a las 22:43 h.

Comenzó retratando el Milán de su juventud en clave neorrealista y acabó anticipando la fotografía conceptual. En apenas dos décadas de carrera el fotógrafo italiano Ugo Mulas (1928-1973) se movió por todo los registros de la fotografía, del reportaje documental al retrato, pasando por la moda, para acabar realizado una suerte de «ensayos» en imágenes.

Ganó Mulas fama y reconocimiento internacional rastreando con su cámara el trabajo de muchos de los grandes creadores del siglo XX. Pero concedió más protagonismo al proceso creativo que al propio artista. Giacometti, Chirico, Duchamp, Manzoni, Saura, Miró, Warhol, Calder, Fontana y un inacabable etcétera fueron amigos y objeto de la curiosidad inagotable de este fotógrafo inquieto, culto, inteligente y prematuramente fallecido.

El BBVA, dentro de la XII edición de PHotoEspaña que inauguran el miércoles los Príncipes de Asturias, muestra por primera vez en nuestro país el trabajo de Mulas en sus salas de Madrid (Castellana 81, hasta el 26 de julio).

Esta primera muestra española de Mulas reúne un centenar de imágenes, en blanco y negro de formatos medios, en buena parte inéditas y fechadas entre los años 50 y 70 del pasado siglo. Ha comisariado la muestra Enrica Viganò, habitual colaboradora de PHotoEspaña, una de la más capacitadas conocedoras de la fotografía europea, y muy en particular de la italiana.

«Es la primera vez que muchas de esta imágenes de Mulas salen de Italia, gracias a la generosidad de sus hijas y cuidadoras de su legado» destacó la comisaria, que insistió en la multiplicidad de registros y códigos manejados por el fotógrafo, sin duda «uno de los grandes» e intimó con el extenso grupo de artistas que frecuentaban el café Jamaica.

Fue allí donde uno de estos amigos «le dio una cámara, marcando para siempre su destino y provocando la definitiva atracción fatal hacia el mundo intelectual y de la creación» según rememoró Viganò.

Una familiaridad con los creadores que acabará por convertirse en la espina dorsal de su ob retrató a Rafael Alberti, Antoni Tàpies o Giorgio de Chirico. Saltó luego a Nueva York y se convirtió, de la mano de Leo Castelli, en un cronista del pop art que se adueñaba de la escena en la gran manzana en los setenta.

Fue habitual en la factory de Andy Warhol, recorrió la calles y cafés de Manhattan con Marcel Duchamp, y se convirtió en asiduo de los estudios de Robert Rauschemberg, Frank Stela, o James Rosenquist. Pero también trató y retrató a escritores como Arthur Miller, a músicos como John Cage y a periodistas como Oriana Fallaci.

Estratega

Umberto Eco destacó en su día la altura intelectual del trabajo de Mulas y el carácter de «crónicas» y «ensayos» de sus imágenes.

Según el semiólogo y escritor italiano, las fotos de Mulas «van más allá del impacto emocional» para convertirse en «un discurso sobre la estrategia de la obra, de modo que el artista que trabaja entra en escena sólo cuando su gesto forma parte de esa estrategia».

Enrica Viganò, se refirió a la multiplicidad de registros de un creador que acabó anticipando la fotografía conceptual en su serie Le Verifiche (Las verificaciones) y que dotó a su trabajo, según Viganò «de un toque mágico e intelectual en el pleno sentido del término».

Reiteró Viganò que «pocos creadores han contribuido como Mulas a la evolución de un lenguaje artístico como el de la fotografía, convirtiéndolo en algo definitivamente innovador». «Demostró cuántas posibilidades encierra la fotografía, entendida como medio e idioma, y provocó la reflexión en el mismo mundo del arte contemporáneo que frecuentó y analizó como si fuera un crítico o un psicoanalista, y que documentó magistralmente».