La clave, según el gaitero gallego, está en la riqueza migratoria de Argentina y su «capacidad para disfrutar de la diversidad».
17 nov 2009 . Actualizado a las 19:41 h.El gaitero gallego Carlos Núñez cree que el futuro de la música celta está escondido en Buenos Aires, donde este miércoles presentará en concierto Alborada do Brasil, disco fruto de su primera exploración musical en tierra americana.
«Buenos Aires es la capital de la música celta del futuro porque el provenir de esta música estará en encontrar esa mezcla que hace 500 años lleva produciéndose aquí. Otras músicas, como el flamenco, han cogido ya esa carrera americana», dijo este martes Núñez en una entrevista.
La clave, según el músico, está en la riqueza migratoria de Argentina y su «capacidad para disfrutar de la diversidad», algo que «en el fondo no le hace muy distinto de Brasil», donde durante tres años exploró las conexiones entre las músicas locales y el mundo celta.
«Me he encontrado con un Brasil mucho más galaico de lo que pensábamos. No es el Brasil del samba, la bossa nova y el carnaval.
Hay un Brasil galaico que parte de la llegada de los portugueses», señala el artista gallego.
Los primeros portugueses que llegaron a Brasil provenían de la Gallaecia y llevaron consigo la gaita, que fue el primer instrumento europeo que escucharon los indígenas.
«Pero luego la parte lusitana de Portugal fue ganando terreno en Brasil e impuso su cultura, mientras que la parte celta traída de Gallaecia quedó en el norte y en el interior de Brasil, en el Sertao», explica Núñez, de 38 años.
Alquimista de los sonidos y arqueólogo de las melodías legendarias, el gaitero descubrió con su investigación nexos entre la música celta y ritmos nordestinos, como el forró, y con la música caipira y la sertaneja, sólo algunos ejemplos que fructificaron en «Alborada do Brasil».
En el disco, Núñez se acompaña de artistas célebres representativos del variopinto panorama musical de Brasil, como Carlinhos Brown, Adriana Calcanhoto y Lenine.
«He llegado a la conclusión de que la música de Brasil es música tradicional viva, es una continua re-interpretación de modos, de escalas antiguas», afirma el músico, considerado por muchos como el mejor intérprete de gaita del mundo.
«Podría contar que fui a Brasil a inventar un nuevo sound system, pero sería mentira. Eso lleva allí 500 años mezclándose», añade Núñez, que ha colaborado, entre otros, con los irlandeses The Chieftains.
Este viaje de descubrimiento y creación musical escondió otro, mucho más íntimo y personal, un periplo por el extenso Brasil buscando el rastro de su bisabuelo músico, que en 1904 emigró desde España hacia -teóricamente- Belém do Pará, en el norte brasileño.
Tratando de unir las piezas de este «misterio por resolver», el gaitero y flautista descubrió que su bisabuelo no sólo no murió por celos amorosos o profesionales, como creía su familia en Galicia, sino que se afincó en Río de Janeiro, donde construyó otra familia.
«Tuvo una segunda vida y abrasileiró su nombre: pasó de llamarse José María Núñez a José Nunes. Grabó un disco en Columbia, que casualmente es mi mismo sello, y compuso e interpretó melodías de éxito en la carnaval de Río en maxixe, el padre del samba», relata Núñez.
El último paso de esta búsqueda es dar con los descendientes de su bisabuelo y captar el «momento maravilloso» de ese encuentro con la familia brasileña, un abrazo que coronará un documental de su aventura en Brasil que estrenará el próximo año.
Para el concierto en el teatro Coliseo, de Buenos Aires, donde tocó hace exactamente un año, Núñez promete algunas «sorpresas», con músicos locales invitados, la participación de la violinista irlandesa Niamh Ni Charra, y los músicos de su banda, Xurxo Núñez y Pancho Álvarez.