El director neozelandés recrea en «The lovely bones», el colorista cielo de una niña de 14 años asesinada.
01 dic 2009 . Actualizado a las 23:56 h.Peter Jackson ha abandonado, de momento, las grandes producciones. Después de la trilogía de El señor de los anillos y King Kong, el director neozelandés se ha dedicado a producir películas como Distrito 9 o la versión de Tintín que prepara Steven Spielberg. Pero entre estas colaboraciones, encontró el tiempo suficiente para enamorarse de un libro, The lovely bones, y transformarlo en una película que se estrenará en España el 22 de enero. Eso sí, sigue fiel a los efectos especiales: «Son una herramienta, no un género».
La última creación de Peter Jackson está basada en la segunda novela de Alice Sebold, traducida en España como Desde mi cielo, que fue un éxito de ventas en 2002. La película gira en torno a Susie Salmon, asesinada con 14 años en diciembre de 1973 cuando volvía del colegio a su casa. Tras su muerte, continúa pendiente de su familia; sin embargo, y atrapada en un más allá luminoso, Susie descubre que tiene que decidirse entre su deseo de venganza y su anhelo por ver reponerse a los suyos y seguir su camino.
Para encontrar a su Susie, Jackson comenzó un casting en Estados Unidos, donde las adolescentes candidatas llegaban a las pruebas «con una idea preconcebida». Pero cuanto más ofuscado estaba el director, manejaba entre 300 y 400 nombres, le llegó un DVD desde Irlanda.
En la cinta, grabada por su padre, aparecía Saoirse Ronan mientras interpretaba partes del libro. «Enseguida nos pusimos en contacto, volamos a Londres y hablamos», comentó Jackson, encantado con la elección de la joven, candidata hace un par de años al Óscar como actriz de reparto por 'Expiación'.
«Todo se resumen en que ella es naturalidad. Ha sido muy fácil trabajar con ella porque su expresión es muy pura», apuntó durante la presentación en Madrid.
Completan el reparto Mark Wahlberg, Stanley Tucci, Rachel Weisz, Susan Sarandon y Michael Imperioli. Una vez más, Jackson trasladó parte del rodaje a su Nueva Zelanda natal, mientras que otra parte se rodó en Estados Unidos.
La muerte
A pesar de que la muerte y el más allá es una constante en la película, el realizador reconoció que no es una persona muy religiosa, aunque afirmó que le gusta pensar que «hay un sitio donde me puedo juntar con mis amigos y familia». Sobre las interpretaciones que se le puede dar al cielo, Jackson señaló que depende de cada religión y de cada uno. El director neozelandés trabajó con su equipo habitual (Fran Walsh y Philippa Boyens) para crear el guión, incluso compartieron el libro. «Yo lloré al final del libro», reconoció Jackson: Después comenzó su proceso creativo y estudió qué posibilidades había en convertirlo en leguaje cinematográfico. «Es el proyecto más personal que he realizado», indicó. Además, rechazó que tenga un plan para hacer las películas, ya que ha pasado por casi todos los géneros y estilos: «Hago las películas que veo en mi cabeza y que me gustaría ir a ver al cine».