En la primera versión de esta muestra, Aramburu seleccionó 22 obras realizadas por 28 artistas y ahora ha traído al Cervantes madrileño seis obras y una instalación con una particularidad.
29 jun 2010 . Actualizado a las 11:34 h.Hablar del amor y, en consecuencia, del desamor con el lenguaje del vídeo fue la meta de seis vídeoartistas españoles que exponen en «Todo cuanto amé formaba parte de ti. Epílogo» que acoge el Instituto Cervantes de Madrid esta semana dentro del festival PhotoEspaña 2010.
«Todo cuanto amé formaba parte de ti. Epílogo» es el capítulo de cierre de la exposición homónima que con carácter itinerante recorrió desde 2007 las sedes del Instituto Cervantes en Damasco, Dublín y Bruselas para mostrar el pulso actual de la creación del vídeoarte en España, dijo a Efe la comisaria Nekane Aramburu.
De ahí que el título original de esa exposición itinerante fuera «Todo cuanto amé formaba parte de ti» y para este evento haya añadido el término: Epílogo, a modo de la «parte final de una novela», añadió en entrevista telefónica.
En la primera versión de esta muestra, Aramburu seleccionó 22 obras realizadas por 28 artistas y ahora ha traído al Cervantes madrileño seis obras y una instalación con una particularidad.
Hasta el 4 de julio, se podrán ver los seis vídeos: «No me digas nada» (2006), de Amparo Garrido; «Dependencia mutua» (2009), de Eulalia Valdosera; «Macrocaricias» (2007), de Begoña Egurbide; «Kiss the murder» (2008), de María Cañas; «Comestible 04» (2008), de Rosalía Banet, y «Teoría de los cuerpos» (2004), de Isaki Lacuesta.
Y el primer día la vídeo-instalación «efímera» «Surface» (2009), de Juan Aizpitarte, que se proyectará en la Caja de Letras de la sede madrileña del Instituto.
La exposición, que reúne un libro-catálogo, ha sido configurada para «generar nuevos dispositivos para la aproximación al vídeo de creación por parte del público en general» y que «no fuera intelectualmente muy compleja».
Con una finalidad: «fomentar -señaló- otro tipo de relación del público con el vídeoarte» y que la vídeocreación deje de ser «muy elitista».
Por lo que la exposición trata de «generar dispositivos para presentar el vídeo de creación a la manera tradicional» en una exposición, explicó la comisaria.
Y la muestra parte de una tesis conceptual: «recuperar una historia del videoarte español reciente a través de una serie de vídeoartistas que han trabajado el tema de los sentimientos: del amor y el desamor», contó Aramburu.
Lo que ha conllevado una labor de «historiografía» del panorama de la vídeocreación nacional.
Por ello, «Todo cuanto amé formaba parte de ti. Epílogo» «no sólo es sobre el amor y el desamor, sino que refleja el vídeo o el cine es que se puede captar a través de una cámara cosas tan intagibles como son los sentimientos, pero permanecen grabados y aunque la persona haya cambiado o el tiempo haya pasado», indicó Aramburu.
«El vídeo es uno de los mejores medios para capturar historias personales y reflexionar sobre qué pasa con lo que aparentemente no vemos, con lo que creíamos olvidar», señala la comisaria en el libro-catálogo.
Por eso el vídeo es «uno de los mejores soportes a disposición del artista, el cual permite, sin grandes dificultades técnicas, experimentar y comunicarse, e integra en sí disciplinas mixtas», añade.