Sábato declaró su admiración por el «valeroso pueblo gallego»
01 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Ernesto Sábato murió con 99 años, edad que se considera longeva y que demuestra cuando menos unha decidida capacidad de resistencia. Sábato consideraba a los gallegos un pueblo de resistentes y, en ocasiones variadas, manifestó una admiración por esa manera de enfrentarse a la vida. Una de esas ocasiones tuvo lugar en el 2002, cuando el Pen Club Galicia y la Universidade de Santiago le rindieron un homenaje en el que el escritor rememoró su relación con los gallegos y, por extensión, su relación con Galicia. El texto fue publicado años después bajo el título Palabras para Galicia en una colección editada por la Xunta en la que se recupera la relación con el país de grandes escritores, esa nómina en la que Sábato figuraba como fijo.
Si son tres novelas las que protagonizan la escritura de Sábato son tres líneas las que marcan la relación del escritor con Galicia. Una directamente vinculada con su infancia y con los gallegos que vivían en su localidad y de los que explicaba: «aquellos gallegos que conocí, siendo niño, en mi pueblo pampeano, gentes sencillas y respetuosas de sus tradiciones que se reunían para celebrar romerías al son de la gaita y los panderos. Gallegos que llegaron a la Argentina para engrandecerla».
Otra de las líneas de la relación de Sábato con Galicia bien puede estar marcada por su amistad con Lorenzo Varela de quien, según los biógrafos de ambos, fue valedor en la medida de sus posibilidades y quien entregó cartas de ayuda cuando decidió volverse a la Península.
Una parte del conocimiento que tenía Ernesto Sábato podía llevar la marca de Varela, pero el argentino explicó en Compostela su «admiración a la heroica lucha que, durante años, han sostenido por mantener la vigencia de su hermosa lengua y de su cultura, tantas veces menospreciada por intereses políticos, sociales y culturales».
No fue el único punto de conocimiento ni de admiración que Sábato expresó y, dado que el premio del Pen Club llevaba el nombre de Rosalía de Castro, el autor de El túnel situó a la poeta, «aquel ser sensibilísimo supo conocer y comprender el sufrimiento de los pobres y desamparados, para llegar a convertirse en su más insigne defensora, a través de su propia y menospreciada lengua».
A esta tercera línea de relación con autores gallegos se acercó todavía más al explicar las decisiones de otros literatos. Sábato aseguró: «Lástima que grandes escritores como Valle-Inclán, y otros gallegos posteriores, y aún contemporáneos, no siguieran la ruta de Rosalía de Castro que, siendo fiel a sus raíces y a la lengua de sus ancestros, supo crear una obra de resonancia universal». Sábato finalizó su intervención comentando el «orgullo» que sentía por sentirse «más cerca del valeroso pueblo gallego».
«Admiro la heroica lucha que han sostenido por mantener la vigencia de su hermosa lengua»
Ernesto Sábato