El claustro de El Paular recupera sus Carduchos 177 años después

natalia bore MADRID / LA VOZ

CULTURA

Es la primera vez que se reúnen las 52 obras desde la desamortización

29 jul 2011 . Actualizado a las 17:33 h.

«Este claustro recibe hoy aquello que nunca debería haberse ido, su mayor tesoro». Con estas palabras resumía ayer la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, el significado del regreso de las 52 obras del pintor barroco Vicente Carducho -nueve de ellas desde el Museo de Belas Artes de A Coruña, donde estaban en depósito- a su emplazamiento original, el impresionante claustro gótico del monasterio de Santa María de El Paular, en la sierra noroeste madrileña.

Los cuadros, de enormes dimensiones (3,45 metros de alto por 3,15 de ancho y rematados en forma de arco de medio punto como su espacio en el claustro), fueron pintados por el maestro Carducho (Florencia, 1576-Madrid, 1638) por encargo del prior Juan de Baeza y recreaban diferentes pasajes de la historia de la orden de los cartujos.

Dos siglos dispersas

Desde 1625 -fecha en la que se firmó el contrato- hasta la desamortización de Mendizábal, en 1835, las 54 telas que inicialmente componían la serie permanecieron en el cenobio de El Paular, en Rascafría. «Ni Carducho ni Baeza podían imaginar que esta obra magna fuera a ser extirpada de la cartuja y a estar dispersa durante dos siglos», recordó González-Sinde, para destacar que el periplo «culmina con un final feliz, porque lo que se sacó de estos muros regresa a ellos».

De las 54 piezas iniciales, dos se perdieron en Tortosa durante la Guerra Civil y otras dos resultaron irreversiblemente dañadas. Pero el Museo del Prado inició en el 2000 la restauración de toda la serie -nueve de las obras estuvieron expuestas hasta hace pocos días en A Coruña- y, tras realizar una completa rehabilitación del monasterio (la inversión sobrepasó los 11,5 millones de euros y los 12 incluyendo la restauración de los lienzos) y adecuar «lumínica y climáticamente» su espacio, ayer por primera vez, tras una diáspora de 177 años, volvieron a lucir juntas en el entorno para el que se concibieron.

La serie más importante

Vicente Carducho llegó a España a los 7 años, junto con su hermano Bartolomé. Además de tratadista, fue el artista más importante de la corte, pintor histórico del rey Felipe IV y único que realizó tres cuadros para el Salón del Reino (Velázquez solo pintó uno) del antiguo Palacio del Buen Retiro.

Leticia Ruiz, jefa de conservación del Prado, se refirió a la serie cartujana como «la más importante que se haya pintado nunca» y el propio autor -señaló ella- era consciente, «por lo que hizo muchísimos dibujos preparatorios y bocetos en color y terminados, que le presentó a Juan Baeza, y que recientemente compró el Louvre».

Felicitaciones internacionales

Al Museo del Prado le han llegado felicitaciones desde el Metropolitan o el Louvre por el trabajo realizado con los Carduchos, del que la responsable de conservación se mostró muy orgullosa. «Ha sido de los trabajos más apasionantes», declaró Ruiz. No en vano las labores de restauración pasaron por tres sedes diferentes (el Museo del Traje, el Instituto de Restauración y la Real Fábrica de Tapices) por las grandes dimensiones de las obras.

«No solo hemos recuperado los cuadros sino la secuencia de la historia», subrayó Ruiz, ya que la serie relata la vida del fundador de la orden, San Bruno, y los principales hitos de la historia de los cartujos. «Al ver todos los cuadros juntos, el proyecto tiene sentido», sentenció, zanjando el malestar que la pérdida de las obras generó en el museo coruñés.