Hockney, el paisajista monumental

COLPISA, Lourdes Gómez

CULTURA

Jonathan Wilkinson / EFE

El pintor presenta en la Royal Academy de Londres la muestra que podrá verse en mayo en el Guggenheim.

18 ene 2012 . Actualizado a las 14:08 h.

Una explosión de color, de luz y de grandes espacios naturales se propaga a lo largo de 13 salas de la Royal Academy que resumen la obra paisajista de David Hockney en la exposición A bigger picture.

El título es un juego de palabras que responde en su sentido literal a las muchas grandes pinturas expuestas en la muestra, pero además hace referencia a la gran historia que explora el artista británico en su obra desde finales de la década de los 50.

A sus 74 años, Hockney sigue descubriendo y probando la capacidad de tecnologías nuevas para representar la realidad de su entorno visual.

El iPad es su última herramienta de trabajo y las cámaras de cine de alta definición el conducto con el que ha reanudado su curiosidad por conquistar sendas novedosas para crear imágenes. «David se considera un constructor de imágenes. Le encanta pintar y dibujar, pero la realización de una imagen es su prioridad. La forma de conseguirlo no tiene importancia y tampoco cree en la superioridad de un medio sobre otro», explica Marco Livingstone, amigo del artista y co-comisario de esta exposición que se abre al público en Londres este sábado.

A bigger picture se centra en paisajes del noreste de Inglaterra de los últimos años e incluye representaciones de los mismos escenarios naturales y de Estados Unidos de épocas anteriores, enmarcando la exposición en un contexto retrospectivo. Hockney redescubrió el atractivo pictórico de s realidad de su entorno visual.

El iPad es su última herramienta de trabajo y las cámaras de cine de alta definición el conducto con el que ha reanudado su curiosidad por conquistar sendas novedosas para crear imágenes. «David se considera un constructor de imágenes. Le encanta pintar y dibujar, pero la realización de una imagen es su prioridad. La forma de conseguirlo no tiene importancia y tampoco cree en la superioridad de un medio sobre otro», explica Marco Livingstone, amigo del artista y co-comisario de esta exposición que se abre al público en Londres este sábado.

A bigger picture se centra en paisajes del noreste de Inglaterra de los últimos años e incluye representaciones de los mismos escenarios naturales y de Estados Unidos de épocas anteriores, enmarcando la exposición en un contexto retrospectivo. Hockney redescubrió el atractivo pictórico de su natal Yorkshire al retornar en 2005 de su exilio voluntario en California. Desde entonces observa y refleja en sus telas los prados, cultivos, bosques y caminos próximos a su residencia en las distintas estaciones del año. La tierra grisácea y los cielos encapotados que capturó su ojo estudiantil han dado paso a colores verdes, morados, naranjas, azules, rojizos brillantes y chillones. El artista deja su huella en estos paisajes que llena con colores exagerados y trazos de fábula.

Hockney pinta en óleo, acrílica y acuarela. Pero ha descubierto la fuerza de la tableta electrónica para captar con rapidez los cambios de luz y los miles de detalles contenidos en un paisaje. El iPad le sirve de pincel y de pintura, de igual forma que antaño recurría al carboncillo o al lápiz para hacer esquejes de futuras composiciones. Pero, además, la nueva herramienta se convierte en el producto final al imprimir en papel el dibujo electrónico.

Impresiones con el iPad

La pieza central de A Bigger Picture consiste en una monumental instalación en que Hockney explora la transición desde el invierno a la primavera en un camino rural del este de Yorkshire. Realizada el año pasado, La llegada de la primavera en Woldgate se estructura en dos series complementarias. Por una parte, una pintura en óleo dividida en 32 secciones -la superficie total es 3,7 por 10 metros- con troncos de árboles salpicados con las primeras hojas primaverales. En las tres paredes restantes cuelgan 51 impresiones de iPad con distintos motivos campestres, desde curvas en una pista nevada, a túneles de árboles o pasajes frondosos captados el pasado abril. El efecto de estas impresiones digitales es esencialmente pictórico, aunque la textura es plana y libre de capas de pintura.

El artista deja su huella en estos paisajes que llena con colores exagerados y trazos de fábula. Respeta además una composición tradicional que enlaza su estilo, sin caer en la emulación, con los grandes paisajistas de la historia del arte. «Es muy consciente de la trayectoria de sus antepasados, como Rembrandt, Van Gogh, Monet, Constable y otros muchos pintores. Pero ha desarrollado su propio lenguaje y está particularmente orgulloso de haber descubierto un paisaje, el del Este de Yorkshire, que nadie antes había pintado. Es su terreno particular», anota Livingstone.