fin de semana
Ingredientes sin rematar
«Looper»
EE.UU., 2012. Director: Rian Johnson. Int.: Joseph Gordon-Levitt, Bruce Willis, Emily Blunt, Paul Dano, Piper Perabo, Jeff Daniels. Ciencia ficción. 118 min.
No es la primera vez que Bruce Willis viaja al pasado para encontrarse con su otro yo más joven; ya lo hizo en Doce monos y en El chico. En Looper se mete en una máquina del tiempo que utiliza una poderosa mafia del año 2072 para deshacerse de los tipos molestos, enviándolos varias décadas atrás para que los loopers los ejecuten sobre una sábana como mortaja; de esta forma el cadáver queda bien guardado en el desván del pasado.
Así que Willis, para salvar a su amada esposa, retrocede treinta años hasta una época en la que aún tenía pelo y el físico del joven actor Josep Gordon-Levitt. Y es muy buena la secuencia en la que los dos se miran frente a frente, en el café pueblerino de un Kansas demasiado cutre para ser futurible. Levitt es un looper, como lo fue Willis, un mercenario que debe matarse a sí mismo para cerrar el círculo del pasado y del presente con un giro de 360 grados. El diálogo que mantienen los dos mientras toman café raya lo metafísico. «¿Por qué no haces como los viejos y te mueres?», dice Levitt en arrebato generacional mientras Willis se lamenta: «Mi memoria es una nube, porque está hecha de cosas que solo pueden pasar».
Puede que explicada así, la cosa parezca un lío, un batiburrillo entre Terminator, un Kant de vía estrecha y Regreso al futuro. Pero no, porque Rian Johnson es un cineasta de notable sapiencia narrativa, ya demostrada en su debut con Brick, pequeña gran película independiente premiada en Sundance. Allí también estaba un jovencísimo Levitt, sin la nariz postiza que le han puesto para parecerse a Willis.
Looper es más que pasable, pero podría haber sido muy buena. Quizá tiene tantos ingredientes ingeniosos sin rematar que la sensación interruptus pesa mucho, lo que es sin duda un mal endémico del cine actual. Pero sería injusto no reconocer sus muchos hallazgos. Está Emily Blunt como la mamá de un niño paranormal tipo La Profecía, intentando deshacerse de un tronco de árbol cual Van Heflin en Raíces profundas. Porque Looper especula mucho con los espacios del neo wéstern, con pistoleros que hacen girar los revólveres a lo Jack Palance. Y hay una persecución en un cañaveral, guiño cachondo a la del campo del maíz de Con la muerte en los talones, artefacto volante incluido.