Las otras páginas del códice

Camilo franco SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

El robo y la reaparición del Calixtino animan a la ficción literaria

04 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que le faltaba al Códice Calixtino para ser conocido se lo concedió un día Manuel Fernández Castiñeiras haciéndolo desaparecer durante un año. La histórica primera guía del Camino de Santiago pasó en dos días de la oscuridad del archivo a los focos de los medios de comunicación. Pasó de ser patrimonio cultural a centro de una trama que, según las crónicas, tiene todos los elementos de una novela. De género, añaden los resabidos. Suponiendo que se conozcan cuáles son los elementos de la novela.

La desaparición del Códice Calixtino, las fantasías sobre ladrones internacionales y mafias trabajando para coleccionistas extranjeros se desinflaron el mismo día en que la policía detuvo, a la puerta de la catedral de Santiago, a un hombre de misa diaria que había trabajado para el cabildo compostelano. Pero la literatura no tiene que contenerse cuando la fantasía ya ha echado a volar.

El primero en reaccionar, por decirlo de alguna manera, fue José Luis Corral. Siete meses después del robo de la pieza y cinco antes de su reaparición por la puerta pequeña de un trastero, este profesor de historia se había pegado la paliza de escribir las 336 páginas para llegar antes que nadie a las librerías con un libro, El códice del peregrino (Planeta), que imaginaba para este tesoro bibliográfico un destino con más glamur que la realidad.

Corral apostaba en aquel momento por una trama internacional, un robo por encargo con una motivación que superaba el valor patrimonial. En la versión de este autor el códice guardaba en sus textos el secreto de la genealogía de Jesús. Tras reaparecer la pieza, el autor recordó que lo suyo «es una novela a partir de un hecho real». Que su novela difiera mucho de la realidad no molesta al autor, porque «muchos robos de piezas de arte sí son por encargo».

El mito de la tumba

El códice también tiene su peso en el libro que ha levantado más expectativas en las dos últimas semanas. La leyenda del santo culto (Teófilo Comunicación) deja en sus páginas protagonismo para el libro que Manuel Fernández Castiñeiras guardó durante un año en su rocho de Milladoiro. Su autor asegura, aunque no siempre le creen, que el códice no es el argumento principal del libro, pero el hecho de que él sea el instructor de la investigación que ha recuperado la pieza añade curiosidad sobre lo que cuenta una novela que, como explica su autor, «quiere poner de manifiesto la riqueza del mito de Santiago y el poco caso que le hacemos los gallegos cuando se trata de hacer literatura».

Entre las ventajas que el juez Taín reconoce tener a la hora de escribir esta historia con dos épocas, robos en el templo, archivos con códices, está la de de acceder a «espacios y datos de la catedral que todo el mundo no puede conocer y la investigación me ha facilitado». A diferencia de Corral, Taín lleva años con la idea de la novela en la cabeza: «El robo del Códice y la investigación fue el aguijón para escribir».

Xelmírez y su época

O códice do santo lugar (Xerais) es el nuevo libro de Pere Tobaruela, pero su autor advierte antes de nada: «Non ten que ver co Calixtino». El escritor cuenta una parte de la vida de Xelmírez y de quien fuera el obispo anterior, Diego Páez, desde la perspectiva gallega, «contado desde aquí co que nos debería interesar a nos». Tobaruela espera que la «coincidencia arrastre aos lectores a interesarse tamén polo meu libro».