El revuelo mediático persigue al superventas
31 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.«¡Que llega Dan Brown!», se oye entre decenas de periodistas y miembros del equipo editorial. Lo traen en palmitas porque escribe en tinta de oro y vende libros que es un primor en tiempos en los que no se vende nada. Y lo que es un photocall con la escalinata de la Biblioteca Nacional de fondo, se queda en una sesión express porque Dan Brown resulta simpático pero con una timidez que se agradece y le hace correr. Y se va. Pero, ya en el salón de actos, es un tipo locuaz y cabal. Habla español de sobra, aunque la rueda es en inglés. Sí recuerda su paso por Andalucía y Gijón. Y a una periodista llamada Rocío le dice que es su nombre favorito en español. Si no era lectora suya, seguro que ya lo es.