
El luchador debuta en el drama al lado de Susan Sarandon
07 jun 2013 . Actualizado a las 13:20 h.Se creó un nombre en Hollywood a golpe de músculo y, en un intento de ser tomado en serio, Dwayne Johnson, el luchador de wrestling que dejó de ser The Rock para convertirse en actor, se estrena en el drama con El mensajero, la historia de un padre trabajador que se ve envuelto en el mundo de las drogas para salvar a su hijo, y en la que comparte protagonismo con Susan Sarandon.
-Fantasía, acción, terror... Usted toca todos los palos. ¿Qué busca en una película?
-Primero, que tenga corazón. Me gustan las historias rotas en las que mi personaje trata de encontrar el camino que ha perdido. Supongo que tiene que ver con mi propia vida. Soy hijo único. Cuando tenía 14 años perdimos la casa y tuvimos que refugiarnos en un albergue para desahuciados. Mi madre se pasaba el tiempo llorando y yo no podía hacer nada. Recuerdo que pensaba constantemente: «Esto no va a volver a pasarme». En aquella época empezó mi fascinación por el culto al cuerpo y mi admiración por Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Fue entonces cuando empecé a darle vueltas a la posibilidad de ser uno de ellos.
-¿Siente presión por interpretar un personaje en el que el físico pasa a un segundo plano?
-He tenido la oportunidad de trabajar con Susan Sarandon y me siento muy afortunado. Eso es lo primero. La película se ha hecho con poco presupuesto y justo por eso me emocionó que contaran conmigo. A mí me gusta la interpretación, aprender, me da igual participar en una gran película comercial o en un pequeño drama, siempre y cuando me guste la historia.
-Películas como esta despiertan la conciencia social. ¿Cree que la legislación sobre las drogas es muy dura?
-Cuando uno se detiene a leer las leyes descubre que los consumidores de drogas no violentos pueden recibir condenas de diez años. Estas leyes se constituyeron por una causa honorable, pero la vida requiere cambios. Y los habrá, aunque no sucedan de la noche a la mañana. El filme puede despertar un diálogo que es necesario.
-Esta semana estrena en la televisión estadounidense «El héroe», un «reality» en el que usted hace de presentador y mentor de los concursantes. ¿Le gusta interpretar a héroes?
-Soy un ferviente defensor de la idea del héroe. Me interesan los personajes grandes, heroicos y con corazón que saben divertirse. Disfruto haciendo películas de este tipo porque creo que el público puede identificarse con ellas. En un personaje como el de El mensajero, por ejemplo, mucha gente puede ver su propia vulnerabilidad. Como actor intento entregarme emocionalmente y poner mi confianza en manos del director, pero también disfruto cuando interpreto a alguien que no necesariamente representa la idea que tenemos del héroe, pero que al enfrentarse a la adversidad es capaz de convertirse en un héroe.
-¿Alguna vez ha tratado de impresionar a una mujer mostrando sus pectorales?
-Requiere mucho control muscular [risas]. Sí lo he hecho, pero no para impresionarla, sino para divertirla.