Philip Roth: «Me dedicaré a la gran tarea de no hacer nada»

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El escritor anuncia en la BBC su retirada definitiva del mundo literario

21 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con 81 años y más de 25 novelas a sus espaldas, Philip Roth ha dado por concluida su vida pública como escritor. En una larga entrevista concedida a la BBC, que ayer emitió la primera de las dos partes en que ha dividido el programa especial Philip Roth desatado, el autor confirmó que esta ha sido su última aparición televisiva y «en cualquier clase de escenario». «Me dedicaré a la gran tarea de no hacer nada», afirmó, en contradicción abierta con su extensa bibliografía y sus declaraciones de hace diez años: «No podría concebir la vida sin escribir». Contradicción que le señaló Alan Yentob, un histórico de la BBC y, como Roth, de origen judío. «Estaba equivocado», le respondió el autor. «Había llegado al final. Me aterrorizaba no tener nada que hacer». Fue el año de La conjura contra América, que no habría sido una mala conclusión a su carrera. No obstante, aún publicaría otras cinco obras.

Ahora la retirada es definitiva, pero en realidad Roth ha ido dosificando su adiós. En el 2010 apareció Némesis, y poco después dejó caer que sería su último libro. Unos años antes, incómodo con la visibilidad que lleva aparejada su posición casi unánime como el escritor norteamericano vivo más importante, se retiró de Nueva York a una remota granja en Connecticut. Allí pudo vencer las dificultades que le suponían los bloqueos creativos -«Si me atascaba salía a dar un paseo por el bosque y volvía a intentarlo»- y producir la decena de títulos que siguieron a Pastoral americana.

Revelaciones literarias

No fueron las únicas revelaciones literarias que Roth proporcionó en la entrevista. El escritor, nacido en Newark, Nueva Jersey, en 1933, repasó una carrera que inició en 1959 con Goodbye, Columbus, la primera llamada a las puertas del sistema literario en las que diez años más tarde golpearía con inusitada fuerza con El lamento de Portnoy, un irreverente monólogo de explícito contenido sexual. «Recibí cientos de cartas, un centenar a la semana, algunas de ellas con fotos de chicas en bikini. Tuve muchas oportunidades para arruinar mi vida», reflexionó ayer en la BBC. También citó a su alter ego literario Nathan Zuckerman para resumir su ética autorial: «Creo que solo deberíamos leer aquellos libros que nos muerden y pican. Si no lo hacen, ¿para qué leerlos?».

Zuckerman aparece en El escritor fantasma, una de las novelas que el escritor inglés Julian Barnes elige entre sus favoritas de Roth, además de señalar La contravida como «una de sus obras maestras». Barnes lleva «treinta años» leyendo al norteamericano. «Me encanta ese momento en el que abres un nuevo libro suyo y te sientes ante la presencia de un autor de suprema inteligencia con un perfecto control de su estilo». Como Barnes, Ignacio Martínez de Pisón prefiere las obras posteriores de Roth: «Me quedaría con Pastoral americana, una de esas novelas en las que habla menos de sus obsesiones personales y más de la sociedad en la que le ha tocado vivir». «Ha honrado a su profesión y me parece bien que se retire si ese es su deseo. Solo hay una regla: si dices que te vas, tienes que irte».

En este sentido, aunque Roth asegura que lo ha dejado para siempre, su biógrafo, Blake Bailey, asegura que le ha enviado «literalmente miles de páginas» con anotaciones mecanoscritas. ¿Su última obra? Bailey cree que la biografía aparecerá en el 2020. «Haré lo posible por seguir vivo hasta entonces», prometió Roth.