En 1990 U2 superaron su crisis creativa acudiendo a Berlín, empapándose de las nuevas tendencias del rock y entregándose a una rejuvenecedora frivolidad. El resultado fue Acthung Baby! (1991), disco con plaza segura en cualquier lista sensata de mejores álbumes de la historia del pop.
En la década pasada, los irlandeses volvieron a colapsarse. Hartos de tirar de fórmula, en No Line On The Horizon (2009) intentaron repetir la pirueta, quedándose a medias. Ahora han optado por mirarse a sí mismos cuando eran jóvenes y puros. La portada -con el batería Larry Mullen abrazado a su hijo- lo simboliza con un guiño a Boy (1980). Las letras evocan sensaciones adolescentes como el descubrimiento de los Ramones («es el sonido más hermoso que he oído») o el primer beso. Y el sonido, ¡ays!, el sonido.
Anodino, carece de lo que pretende evocar. No hay chispa. No hay uñas. No hay arrebato. Simplemente temas que se suceden, uno tras otro, sin que el corazón del oyente acelere el latido ni una sola vez. En Every Breaking Wave aparece el fantasma de With Or Without You recordando lo emocionantes que fueron algún día. En Iris incluso semejan derivativos de Coldplay. A ver si con la tercera reinvención lo consiguen. Por ahora, la crisis continúa.