Los siete magníficos van a la disco

Eduardo Galán Blanco

CULTURA

La crítica de cine de la película «Vengadores: La era de Ultrón», por Eduardo Galán Blanco

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Nada de Acuario, ni de hippies cantando en Hair. Nos toca apandar con La Era de Ultrón, cosas del loco zodíaco hollywoodiense. El tal Ultrón es un señor cabreado, otro más, un efecto colateral de los programas bélicos, un gigante hecho de ferralla digital, mosqueado por culpa de los experimentos de Tony Stark, alias Iron Man, el Hombre de Hierro para los de mi generación, que es, dicho sea de paso, la de los hippies, precisamente.

Así que nada, otra Némesis más para los siete magníficos de Marvel, comandados por el soseras Capitán América de Chris Evans. Y venga destrucción apocalíptica y ciudades levitando, arrancadas de cuajo, hechas polvo por las broncas de estos superhéroes que un día fueron de papel y que ahora son de ordenador, y algo de carne y hueso. Sobre todo desde que la Disney compró los derechos para cine del bestiario de la cuadra Marvel, facturando un par de entregas al año. Cada una vale 250 millones de nada, que el dinero llama al dinero. Hay grandes secuencias que mezclan, en hipnótica coreografía, mundos digitales y estrellas de Hollywood. Los actores pelean y gesticulan con denuedo delante de una pantalla de chroma. Y la motion capture (captura de movimiento, para convertirlo en modelo digital) ya roza la perfección ¡Eso que no sabemos a dónde irá a parar la perfección y cuál es su medida!

¡Gran espectáculo!, sí. Los aficionados alucinarán ya con el prólogo, reciclado de la primera entrega de los vengadores. Y no digamos con la batalla final, que es la repera. Aunque no la patatera, ¡cuidado! Porque, a ratos, también nos asombramos mucho, pero también estamos ya algo cansados del ruido de los brujos de la CGI. Por eso nos quedamos con las cosas terrenales que nos recuerdan a Hellboy, superhéroe gamberro de otra escudería ¡Los Vengadores en una disco! ¡Thor de copas! Y Scarlett Johansson, Viuda Negra encuerada, ligando con Ruffalo, antes y después de que este se ponga verde y se convierta en Hulk. Ver a la bella domar a la bestia es lo mejor de la película ¡Hasta es poético! Hulk, con sus idas de olla y su asunto bipolar de Mr. Hyde, es, definitivamente, el más cachondo de los vengadores. En la pelea con los robots pierde un diente y lo escupe, más allá de la pomposa actitud de sus colegas. ¡Qué gran ser analógico!