Michael Moore: «El humor es necesario, la sátira hace que la realidad sea soportable»

María Estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

MIKE SEGAR | Reuters

El realizador de «¿Qué invadimos ahora?» asegura que «EE.UU. vive en una guerra infinita»

26 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A Michael Moore (Flint, Míchigan, 1954) le gusta la ironía. Pero no renuncia a la vulgaridad, y al ataque personal y directo contra el neoliberalismo, un cruel e injusto sistema económico que, según él, destruye EE.UU. Los documentales del controvertido cineasta no disimulan las enormes diferencias sociales ni la violencia. Retrata la cruda realidad sin edulcorarla, lo que a menudo provoca rechazo. Bromista y sarcástico, Moore presentó en Toronto su ultimo filme, ¿Qué invadimos ahora? Fiel a su provocador estilo, critica el sistema de su país, pero esta vez con un enfoque más global, comparando su política exterior o su administración sanitaria con las de Europa. Moore recorre países como Italia, Finlandia o Alemania para crear su sarcástica tela de araña hilando entrevistas familiares y costumbristas con impactantes imágenes de archivo.

-Le acusan de manipular sus imágenes en función de la historia que quiere contar.

-Se me acusó de no decir la verdad, pero la verdad es tan cruda que nadie me creería si la contara tal cual es. La gente se sienta a ver mis películas y cuestiona el planeta en que vive. Es lo que busco, crear dudas, porque mi verdad, la del filme es incuestionable.

-Es muy divertida. ¿El humor es parte esencial de su narrativa?

-El humor es necesario. De otro modo será insoportable ver las imágenes reales de una sociedad corrupta y destruida. Hace ya tiempo decidí que la sátira era necesaria en mis películas para que la realidad sea soportable. Creo que este documental es el más provocador y divertido de cuantos he hecho. EE.UU. vive en una guerra infinita y eso es algo que me interesó desde siempre.

-¿Esperaba el rechazo de parte de la crítica norteamericana que le acusa de propaganda socialista?

-No busco premios, pero si me los dan los agradezco. Desde el momento en que empecé a producir este documental predije que iban a acusarme de socialista. Pero en América tenemos socialismo. Tenemos Seguridad Social, Medicare, somos grandes creyentes del socialismo. Ahí está la gente que apoya a Bernie Sanders. El problema es que en América, hasta ahora, el socialismo solo funciona para los ricos.

-Hace un retrato muy benévolo de los países europeos, cuando en la mayoría hay un abismo entre la sociedad y sus políticos.

-Todos los países tienen enfermedades sociales relacionadas con su estilo de hacer política. Pero yo quería recoger flores, no la mala hierba. Claro que tienen problemas sociales y políticos y espero que sus propios realizadores lo cuenten. No me toca hacerlo.

-Quiere acabar con la arrogancia americana, con la superioridad patriótica que Trump ensalza.

-Es esa idea de que somos mejores la que nos aísla. Si preguntas uno por uno, todos nos consideramos iguales. Cuando nos vemos en grupo, la imagen se distorsiona. Me siento orgulloso de ser americano, pero reconozco sus defectos y sus virtudes.

-¿Se atreverá a hacer un documental sobre Donald Trump?

-Puede ser. Ya veremos. Quizá sea pronto. Creo que Trump entiende bien lo que tiene que hacer para atraer al público. Es un gran actor, un mago de la escena. Lo que me sorprende es que el público no se haya cansado de ver cómo se repite en el discurso.

-¿Cómo surgió el documental?

-La idea germinó en mi primer viaje por Europa, con 20 años. Vi que tenían otras cosas, que vivían con más independencia, que protegían más su cultura frente a las grandes corporaciones. Creo que Europa debería invadirnos a nosotros con sus ideas culturales.