Peter Stamm: «Las preguntas principales de la vida nunca están respondidas»

Beatriz Pérez BARCELONA / E. LA VOZ

CULTURA

ALEJANDRO GARCÍA | EFE

Poco a poco, y con una escritura muy sencilla, Stamm se ha erigido en uno de los más relevantes narradores europeos

02 nov 2016 . Actualizado a las 07:50 h.

Gillian lleva una vida aparentemente perfecta: es joven, atractiva, famosa, tiene un buen puesto de trabajo y un esposo. Pero un día sufre un accidente de coche y, a partir de ahí, con el rostro desfigurado, deberá ir descubriendo quién es la mujer que murió aquella fatídica noche y quién la que ha continuado viviendo. Peter Stamm (Weinfelden, Suiza, 1963) acaba de publicar en España Noche es el día (Acantilado) tiempo después de que su primera novela, Agnes (1998), lo catapultara internacionalmente. En medio Stamm ha publicado otras obras como Paisaje aproximado (2003) o Siete años (2011).

-Usted se declara discípulo de los narradores norteamericanos de la llamada generación perdida (Pound, Faulkner, Hemingway, Fitzgerald). ¿Qué es lo que le interesa de ellos?

-Que eran capaces de describir el momento de tal modo que uno se sentía sumergido dentro de su mundo narrado.

-¿Cómo nace la idea de escribir «Noche es el día»?

-En realidad era un proyecto muy antiguo, pues hacía quince años que tenía esta idea. Me interesaba hablar de la relación entre lo interior y lo exterior. Me planteé la pregunta de hasta qué punto el exterior influye sobre el interior. Así que por eso nació la idea de Gillian, porque necesitaba a alguien que de un día para otro perdiera su apariencia física.

-Es este un libro que reflexiona sobre la identidad. Una vez ha tenido el accidente de tráfico, Gillian debe volver a descubrir quién es y por eso lo primero que hace es buscar un espejo para mirarse en él. ¿Le preocupa el tema de la identidad, el saber quién es uno mismo?

-Sí, en cierto modo sí. Y concretamente me interesa esta pregunta: ¿soy la persona que está aquí sentada, soy yo, soy este cuerpo o tal vez soy un prisionero de este cuerpo? Con frecuencia me hago esta pregunta en el caso de las personas que sufren alguna deformidad física, me pregunto si esto es algo que cambia a la persona.

-El médico le pregunta a Gillian si es capaz de recordar y ella responde: «Todo eso sigue ahí. Solo yo me he ido».

-Mientras hice la investigación para esta novela, hablé con personas que pasaron por este tipo de operaciones -nunca es solo una, siempre pasan por varias-. Me dijeron que cada vez tenían que aprender a ser esa persona con el nuevo rostro, como si el cambio exterior supusiera una adaptación al interior. Una mujer con la que hablé y cuyo rostro todavía estaba muy deforme decidió no continuar con las operaciones porque no soportaba más el proceso.

-¿Cree que su formación en psiquiatría le ha llevado a explorar estos temas?

-No, creo lo contrario: que estos temas son los que me han llevado a estudiar psiquiatría. A mí siempre me han interesado las personas, y he pensado que quizás sería capaz de comprender más sobre ellas si estudiara esto, pero no ha sido exactamente así.

-Los protagonistas de sus historias son personas con una vida aparentemente perfecta que siempre se acaba por desmoronar. ¿Responde a su creencia de que la vida nunca es lo que parece?

-Vivo en un país como Suiza, en donde la mayoría de la gente no tiene problemas económicos. Y entonces me pregunto: ¿qué permanece cuando todo es perfecto? Porque aunque todo vaya bien, las preguntas principales siguen sin ser respondidas: las enfermedades, el amor, la muerte? Pero también ahí se produce una reducción, todo lo que es cotidiano de algún modo es excluido y lo que queda son las preguntas que realmente importan.

-Una de las características que define su literatura es la sencillez. ¿Por qué es tan importante?

-Siempre he buscado la sencillez, la simplicidad. Quise estudiar física porque en la física uno intenta reducirlo todo a lo mínimo (aunque quizás sea mi herencia protestante, no lo sé). 

-Usted trata también lo cotidiano. ¿Por el mismo motivo?

-Sí, yo creo que la vida es ya lo bastante complicada.