Todo empieza en «Nada»

B. P BARCELONA / E. LA VOZ

CULTURA

Efe

Carmen Laforet ganó el primer premio Nadal en el año 1945

07 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Por dificultades en el último momento para adquirir billetes, llegué a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que había anunciado, y no me esperaba nadie». Es el inconfundible comienzo de Nada, la primera novela que ganó el premio Nadal hace ya más de 70 años. Corría el 6 de enero de 1945 y su autora, Carmen Laforet (1921-2004), tenía apenas 23 años. Su manuscrito, cerrado en un sobre de correo urgente, había sido el último en aterrizar en la redacción de Destino, el semanario que meses antes decidió crear el galardón para descubrir escritores en la aletargada literatura española de posguerra. Todo daba un vuelco.

«El mundo que envolvía era inédito. Nadie había hecho una radiografía de los años medio vacíos, medio angustiados, extrañísimos de la posguerra como Carmen Laforet», diría de Nada Ignacio Agustí, director de Destino e impulsor último de un premio cuyo nombre homenajeaba al que había sido redactor jefe en los primeros números del semanario, fallecido en abril de 1944: Eugenio Nadal. En los años posteriores, el premio consagró a autores como Miguel Delibes o Ana María Matute.

Con su primera obra (en verdad, la única relevante), Carmen Laforet se llevó 5.000 pesetas de la época y la satisfacción de ver su primer libro convertido en el más vendido de 1945. Pero también la trastienda de todo aquello: las dificultades de convivir con un éxito para el que sentía no estar hecha, el doloroso y casi perpetuo estancamiento en la página en blanco, las dudas sobre su propia valía. «Soy una mala escritora», llegará a decir sobre sí misma.

Y sin embargo, Laforet nos dejó Nada, obra de claros tintes autobiográficos que recoge las andanzas de Andrea, una joven recién llegada a Barcelona para empezar la universidad. Gran parte de la historia discurre en el número 36 de la calle de Aribau, en pleno Eixample. Ahí vivirá Andrea su primer curso universitario. Ahí mismo nació Carmen Laforet. Ambas abandonarían Barcelona para irse a vivir a Madrid. Creían no haberse llevado nada de la calle de Aribau.