El sello ourensano Linteo saca a la luz otro inédito del poeta Juan Ramón Jiménez
CULTURA
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«El silencio es oro» lo pensó hace más de un siglo, con 83 poemas, 36 de ellos inéditos, y lo escrito en su retiro de Moguer
08 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Juan Ramón Jiménez no tiene límite. Su obra es una fuente de belleza que no se agota y ahora, entre otros proyectos, se publica El silencio es oro, el libro que pensó hace más de un siglo, con 83 poemas, 36 de ellos inéditos, escrito en su retiro de Moguer (Huelva) en 1912, que marcó el camino hacia su poesía desnuda.
«Sí, silencio. Tan solo silencio. Que se callen/ Que dejen a mi espíritu nadar en lo insondable...», escribe en este poemario editado por el cuidado sello ourensano Linteo. Un libro que deja ver cómo el poeta, tras su paso por Madrid, «donde no tuvo muy buenas experiencias», se refugia en su pueblo en 1911, «deja toda la influencia del modernismo y la literatura francesa y se acerca hacia un camino de más sencillez», comenta Carmen Hernández-Pinzón, sobrina nieta y heredera del Nobel. «Hay gente que cree que Juan Ramón comienza a cambiar con Diario de un poeta recién casado (1916), pero es porque no se conocían estos libros que han ido saliendo después en Linteo, como La frente pensativa», más metafísico y místico, o Libros de amor», precisa.
Juan Ramón Jiménez (1881-1958) escribió este libro en la misma época que Platero y yo, y como muchas de sus otras obras nunca fue publicada al completo, aunque con este libro lo intentó. Pero es ahora cuando sale a luz, y en él se sumerge en una atmósfera de soledad física y espiritual.
Así, sin adjetivos sobrantes, pone la mirada en el recuerdo: «El silencio es para mí una atmósfera absolutamente necesaria par respirar como el aire», escribe Juan Ramón en la entrada del prólogo escrito por José Antonio Expósito, encargado de la edición, la introducción y las notas. «No podía con los tapones de caucho, porque no me basta con no oír el ruido, sino que necesito oír el silencio», confesaba el poeta en una nota, recuerda Expósito.
«En definitiva, Juan Ramón Jiménez, asediado por los ruidos sociales, políticos, urbanos o vecinales, alcanzó en soledad una palabra desnuda, misteriosa y esencial que le permitió apresar una vida en verso... La de Machado fue una bondad desmigada en humanismo; la de JRJ una limpia ética-estética forjada en una eternidad diaria. Murieron exiliados, pero no enmudecieron. El resto es ya solo silencio», escribe el editor. Pero, además de este inédito, Juan Ramón da para mucho, y se prevén nuevas publicaciones, como una nueva edición revisada de su segunda antología, que estaba agotada, en Espasa.