La última entrega de la saga carece del humor de los filmes de James Cameron y la perjudica un guion envarado
22 nov 2019 . Actualizado a las 08:41 h.Treinta y cinco años después de su primera visita cuántica a las pantallas, la sexta arribada de la saga Terminator intenta parecerse más -sin éxito- a las primeras tres entregas que a las plúmbeas dos últimas. Pero aquí no hay asomo del humor que distinguió a los filmes de James Cameron o a la simpática gamberrada que fue la tercera parte.
Skynet, la inteligencia artificial que envía a los Terminator desde el futuro hasta el presente, para acabar con los humanos que podrían estropearle la fiesta apocalíptica, manda ahora a otra chatarra polimorfa hasta México -aunque la película está rodada en España y Hungría- para dar caza a una mexicana -la actriz Natalia Reyes es colombiana, ¡que lío, nada es lo que debe!- que se ha quedado en el paro pues los robots hacen su trabajo en una cadena de montaje. Bueno, no está mal la ironía. Pero hay más, el trío de heroínas, la ángel guardiana cíborg- mitad humana, mitad «fortalecida» -la vieja conocida Sarah Connor, pionera salvadora de la humanidad en las primeras películas-, y la mesiánica mexicanita huyen entre espaldas mojadas, carteles de la droga y centros de detención de extranjeros trumpianos. Juntas, las ilegales intentan llegar a Texas, donde, ¡sorpresa!, encontrarán ayuda del primer Terminator que habitó entre nosotros y que, durante décadas -¡ay Arnie, qué viejo vas!- ha cuidado de una familia adoptiva, intentando integrarse en el mundo de los humanos al que ha cogido gusto. «Me he pasado mucho tiempo intentando comprender cómo ser humano, creándome una conciencia», dice la máquina. En fin, como ya avanzamos, lástima de un poco más de sentido del humor, pues, con tales mimbres, el disparate podría haber sido grandioso.
Pero el cine ya no es lo que era -las series tampoco, que conste- y ya apenas quedan humanos en Hollywood. La película tiene un guion envarado, es pesarosamente larga y tristemente seca. Eso sí, muy espectaculares las secuencias de acción, que es lo que se dice siempre en estos casos. Salvamos a Schwarzie, hecho unos zorros para ser una máquina, que sale poco pero hasta produce ternura; también a la veterana Linda Hamilton, con sus bellas arrugas y a Mackenzie Davis, esa replicante tan alta -inolvidables sus diez minutos de Blade Runner 2049- y proteica.
«TERMINATOR: DESTINO OSCURO»
[«TERMINATOR: DARK FATE»]
EE.UU., 2019.
Director: Tim Miller.
Intérpretes: Mackenzie Davis, Natalia Reyes, Linda Hamilton, Gabriel Luna, Arnold Schwarzenegger, Enrique Arce, Tristán Ulloa, Alicia Borrachero.
Acción.
129 minutos.