Un alborozo que Almodóvar, Banderas y la animación Klaus se hayan colado en los Óscar porque es un gran triunfo para el cine español, pero ahí se quedará. No es por tocar las narices, pero la muy notable Dolor y gloria caerá ante la coreana Parásitos, Joaquin Phoenix será mejor actor y Mr. Link tiene muchos boletos para liderar en dibujos. La sombra de los Globos de Oro es muy alargada y ya dictaron sentencia hace días. A sabiendas de ser como la bonoloto y la única posibilidad de que toque pasa por jugar, se hace muy complicado meterse en la sesera de los académicos para pronosticar y no caer en el más espantoso de los ridículos.
Pero las nominaciones dejan algunas lecturas. Centrándose en la categoría reina, con nueve títulos aspirantes, no deja de ser absurdo que en cuatro de sus directores su película lo merece, pero su trabajo no. La primera conclusión es que crítica y público van de la mano por tratarse de muy buen cine y, sobre todo, es lo importante -exceptuando Historia de un matrimonio y la todavía sin verse por estos pagos Jojo Rabbit-, son de pantalla grande. Bien porque sus autores así las concibieron, bien porque consumidas en streaming, su carga emocional y de espectáculo se diluirá en mucho. Sintiéndolo por quienes se empeñan en dar por difunto al cine como Dios manda y la sala oscura nos enseña, El irlandés es otra película en su emisión Netflix.
Como serán cuando toque 1917, Érase una vez... en Hollywood, Le Mans ‘66, Mujercitas, Joker y la citada Parásitos, que hace un absurdo doblete y corta el paso a filmes notables como El faro, Richard Jewell e incluso Puñales por la espalda, relegados a la pedrea de una nominación por cabeza. Anótese a mayores que Netflix parece haber aflojado algo, permitiendo que tanto el thriller de Scorsese como el drama conyugal con Scarlett Johansson se hayan visto en medio mundo aunque mediando plazos. Todo apunta a que, más pronto que tarde, habrá fumata blanca entre la plataforma y los exhibidores. Un apunte final que invita a la reflexión. Estrellas como Al Pacino, Tom Hanks y Brad Pitt aspiran a mejor secundario, aunque se haya cometido con Robert De Niro una afrenta de libro, pues ni su mafioso irlandés ni su (casi) telepredicador para la distópica Joker entraron en las nominaciones.