Bunbury dejará los escenarios por sus problemas de garganta

I. Cortés MADRID / COLPISA

CULTURA

El cantante zaragozano Enrique Bunbury, en un concierto en Pontevedra.
El cantante zaragozano Enrique Bunbury, en un concierto en Pontevedra. Emilio Moldes

«La realidad es que mi garganta se cierra e irrita, y mis vías respiratorias dificultan el leve ejercicio y la ejecución de mi trabajo», dice el cantante maño, que seguirá componiendo canciones y grabando discos

28 feb 2022 . Actualizado a las 21:22 h.

Enrique Bunbury no girará más. Su profunda y elegante voz se ha quebrado. El músico de 54 años anunció ayer que no volverá a subirse a los escenarios por problemas de salud, aunque espera seguir componiendo y grabando canciones. Así lo explica en un mensaje en su newsletter de febrero, que la propia cuenta de Twitter del cantante difundió.

«He escuchado diferentes nombres y diagnósticos. La realidad es que mi garganta se cierra e irrita, y mis vías respiratorias dificultan el leve ejercicio y la ejecución de mi trabajo», confía el músico zaragozano. Cuenta el artista que arrastraba este «malestar» desde hace ya tiempo. Comenzó en la gira con la que presentaba aquel unplugged para MTV titulado El libro de las mutaciones, entre los años 2015 y 2016, y se hizo ya evidente en los dos años y medio que duró el tour de Expectativas, que lo llevó por todo el mundo entre 2017 y 2019. Creía Bunbury que tras el parón a las giras por la pandemia, aquel mal «quizás se había diluido». «Las ganas de reencontrarme con público, técnicos y músicos encima de un escenario era una fuerza mucho más poderosa», dice. Sin embargo, lo que le sucedió durante la gira mexicana «corrobora todo lo contrario» y, continúa, «confirma y adelanta una decisión que sabía cercana».

«Desde el momento que salgo de mi casa y comienzan mis viajes, un compendio de síntomas y dolor me acompañan desde la mañana hasta el momento de subirme al show. De manera que lo que normalmente era un placer y deleite, se ha convertido en una fuente de inmenso dolor y sufrimiento», lamenta el músico. Todo ello le lleva a tomar la decisión, «muy meditada y consciente», de abandonar su actividad interpretativa en los conciertos y las giras. El cantante maño, que publicó diez álbumes de estudio y seis en directo en sus 25 años de carrera en solitario, asegura que realizará los conciertos programados hasta septiembre de este año en Estados Unidos y España. Eso sí, «serán los últimos».

«Un sinfín de posibilidades»

Pese a la difícil decisión, Bunbury, que publicó en diciembre un EP de cinco temas El puerto, se muestra esperanzado. Asegura que a partir de ahora se abre ante él «un sinfín de posibilidades» en lo creativo. «Componer canciones, grabar discos, pintar y escribir libros de poesía forman parte de mis objetivos», sostiene para afirmar tener ya edad para este «cambio importante» en su vida.

El exlíder de Héroes del Silencio concluye agradeciendo al público y a las personas que lo han acompañado en los más de 1.500 conciertos que ha ofrecido en su vida en Europa, América y Japón. «En estos 35 años, me he subido a los mejores escenarios del mundo y algunos de los peores, he actuado delante de 25 personas y de 250.000, y en la mayoría he tenido la fortuna de disfrutar de una época en la que no se veían ni mascarillas ni celulares. ¡Gracias sinceras!», apostilló.

Por último, espera que «lo que pueda ofrecer a partir de ahora siga interesando mínimamente» y da las gracias a su banda, los Santos Inocentes, y a su equipo. «Ha sido un gran viaje», concluye.

La andadura profesional de Enrique Bunbury comenzó a finales de los ochenta en Héroes del Silencio. La banda zaragozana publicó su primer álbum, El mar que no cesa, en 1988. Dos años más tarde lanzaba Senderos de traición, con éxitos como Entre dos tierras o Maldito duende. Aquella fusión entre el rock gótico, el pop y el hard rock los encumbró. Fue el primer larga duración de la banda en alcanzar el número uno en España y alcanzó el número cinco en Alemania, donde el cuarteto pronto quedó asentado. Tras El espíritu del vino (1993) y Avalancha (1995), la formación se separó en 1996 después de una gira que a Bunbury le resultó «un suplicio» -no se volverían a juntar hasta el 2007 para una serie de conciertos en el que agotaron todas las localidades en apenas unas horas-. Para entonces el artista ya barruntaba la que iba a ser su tarjeta de presentación como solista, Radical sonora (1997), donde el músico se acercaba a la electrónica, la música árabe y al tecno-rock más psicodélico. Gran parte de su público no entendió un cambio de registró que el aragonés no ha dejado de practicar de tiempo en tiempo. Desde ese Pequeño (1999), con aires cabareteros y música mediterránea, hasta Curso de levitación intensivo (2020), donde la electrónica, en este caso vintage, vuelve a tamizar gran parte de las canciones, pero en este caso con un puntito de jazz; pasando por El viaje a ninguna parte (2004) donde se pueden encontrar desde tangos y corridos hasta blues. Con Expectativas (2017), el artista recibió el Grammy latino al mejor álbum de rock en el 2018.

Según esta decisión adoptada por el cantante y las fechas que aparecen en su web, su último concierto se producirá en Valencia el 24 de septiembre.

Antes tocará el 28 de julio en Murcia; el 30 de julio en Mallorca; el 6 de agosto en Málaga; el 20 de agosto en Alicante; en Zaragoza, ciudad en la que nació, los días 2 y 3 de septiembre; el 8 de septiembre en Granada; el 10 de septiembre en Madrid y el 15 en Barcelona. Además, tocará el 6 de mayo en Nueva York; el 8 en Washington, el 10 en Atlanta (Georgia); el 12 de mayo en Dallas (Texas); el 14 en Houston (Texas); el 17 en San Antonio (Texas); el 20 en El Paso (Texas); el 22 en Tucson (Arizona); el 24 en San Diego (California); el 27 en Los Ángeles (California); el 29 en Reno (Nevada); el 31 de mayo en San Francisco (California); el 2 de junio en San José (California); el 4 en Las Vegas (Nevada); y el 6 de junio en Anaheim (California).