El legado de Eduardo Barreiros a través de los ojos de su bisnieto

La Voz OURENSE / LA VOZ

CULTURA

Diego Gómez-Moche con su abuela, Mariluz Barreiros, y José Luis Baltar en la presentación
Diego Gómez-Moche con su abuela, Mariluz Barreiros, y José Luis Baltar en la presentación Miguel Villar

Diego Gómez-Moche es autor de un libro sobre el empresario

19 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Eduardo Barreiros (Gundiás, Nogueira de Ramuín, 1919 - La Habana, 1992) fue un personaje irrepetible que dejó su huella en la historia de la automoción. El niño que se puso a trabajar en un taller de Ourense con 11 años, para ayudar a la economía familiar, acabó convirtiéndose en el autor de la revolución automovilística española. Primero con la conversión de los motores de gasolina a diésel, más tarde con la creación de la firma Barreiros —algunos de sus camiones y tractores aún siguen funcionando—, después con los coches Simca y, más tarde, con su alianza con la Chrysler americana.

El niño que salió de Gundiás y se casó con la novia que vivía en uno de los pueblos cercanos del mismo municipio —Dorinda Ramos, de Cerreda— acabó siendo el dueño de una empresa que daba trabajo a miles de personas y que jugó un papel fundamental en la democratización del automóvil en la España de la posguerra.

La figura y el legado de Barreiros han sido objeto de muchos trabajos y proyectos: libros, documentales, películas y exposiciones son parte de las iniciativas desarrolladas en los últimos años. Propuestas a las que ahora se suma la que quizás sea la más emotiva de todas, el libro infantil Eduardo Barreiros. Mi bisabuelo fantástico, del que es autor Diego Gómez-Moche. La obra, promovida por la fundación que lleva el nombre del emprendedor ourensano, está dirigida a un público a partir de 4 años y el objetivo de la misma es dar a conocer su figura entre las nuevas generaciones. El volumen, que cuenta con textos de Nuria Martínez Deaño e ilustraciones de Ximena Maier, fue presentado este martes en el ourensano Centro Cultural Marcos Valcárcel. Diego Gómez-Moche, de ocho años, confesó que su deseo es ser ingeniero industrial y que le atrae de manera especial la figura de su bisabuelo.

Mariluz Barreiros, hija de Eduardo y abuela de Diego, ejerció de anfitriona en la cita. Recordó que Ourense es el origen y el valor a reivindicar por su familia: «En Gundiás y Cerreda están los orígenes de mis padres —Eduardo y Dori—, los de mis abuelos Eduardo y Luz en Gundiás y mi compromiso es que lo siga siendo de mis hijos y mis cuatro nietos aquí presentes. También de la quinta, aunque no pudo viajar porque es aún muy pequeña». Recordó que la Fundación Eduardo Barreiros cumple este año su cuarto de siglo de historia y que un libro como el de su nieto ayudará a transmitir los valores humanitarios, el compromiso emprendedor y el tesón del que siempre hizo gala su padre.

El presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, se reafirmó en el compromiso del organismo provincial de mantener la reivindicación permanente del legado de Barreiros.