Kin Martínez: «Queremos que O Son do Camiño sea un festival para todos, que puedan ir a él padres e hijos»

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Javier Becerra

El codirector del evento que empieza el jueves en Santiago, apela al eclecticismo de estilos para llegar a las diferentes generaciones

11 jun 2023 . Actualizado a las 12:25 h.

Faltan cuatro días para el arranque de O Son de Camiño, el evento musical de pago que mayor número de personas reúne en Galicia. A razón de 42.000 por día, entre el 15 y el 17 de junio allí se vivirá algo que según su codirector, Kin Martínez, trasciende a la suma de varios conciertos. «Es el gran festival de Galicia, un evento social que es más que música», dijo en el plató de la redacción de La Voz en una entrevista que se emitió ayer a través de las redes sociales del periódico.

Como ha venido siendo norma desde su arranque, O Son do Camiño empezará con todos los abonos vendidos en tiempo récord. Este año, además, con el extra de que los primeros 30.000 se despacharon sin conocer aún que vendrían Leiva, Bizarrap, Maluma, Aitana y demás artistas que completan el cartel. «Este festival nace con la unión de dos empresas gallegas, Esmerarte y Bring The Noise, con el objetivo de apoyar la afluencia de público a Galicia —precisó Martínez—. Tiene un presupuesto de ocho millones de euros y el patrocinio institucional es del 26%. Esto hace que bajemos el precio comparado con otros festivales a nivel estatal del mismo rango, con entradas más caras».

Este año aparecen algunas novedades en O Son do Camiño. La primera, los dos escenarios principales, colocados un al lado del otro. Martínez explica el motivo: «La circulación antes era muy lateral, porque había un escenario dentro del auditorio y otro fuera. Nos generaba tensión y era incómoda. Ahora los dos escenarios principales van en el propio auditorio, que yo creo que va a mejorar la movilidad». También habrá una noria, el estilo de eventos como el Madcool o Coachella: «Ya la queríamos montar el primer año. Va al hilo todo lo que está pasando con las redes sociales. Antes nuestros fotógrafos se subían a grúas. Ahora vamos a tener en rondas de 94 personas cada 25 minutos haciendo fotos. Va a ser espectacular».

Partiendo de un volumen de público tan alto, la variedad se impuso como principio. «El cartel obedece a las cosechas del año. No contentamos al 100 % a nadie, pero sí un poco a todo el mundo. Hay rock, pero no hay mucho rock. Hay urbano, pero tampoco no es todo lo que nos pide. Hay indie, electrónica... Un poco de todo. Queremos contentar a mucha gente. Eso genera que a quien le guste mucho un estilo no vea mucho de lo suyo. Pero son 42.000 personas con diferentes sensibilidades».

Este año ha despertado un interés especial Aitana, un icono pop que mira al público más joven. «No es una artista de festivales, pero fue una apuesta desde el principio —relata—. Queremos ser un festival para todos, y que puedan ir a él padres e hijos. Los festivales son las nuevas verbenas modernas. El otro día un chaval me decía que había convencido a mis padres para ver a Bizarrap y ellos ven a Kaiser Chiefs». ¿Y qué hacer con el anhelo de rock que tiene parte del público que ha visto que este perdía protagonismo? «Yo mismo quiero más rock —dice— Las bandas de rock clásicas han sido esquivas. No coincidimos en las fechas. Las primeras ofertas siempre son a bandas de rock, pero al final no nos dan cuadrado en las giras».

Iván Méndez
Iván Méndez

«Buscábamos que se vea como un evento al que hay que ir, independientemente de quién toque, y lo hemos logrado»

Junto a Esmerarte, la empresa que dirige Kin Martínez, se encuentra Bring The Noise que capitanea Iván Méndez. Es la otra cabeza de O Son do Camiño, un festival que, desde su punto de vista, «ya está totalmente asentado». Al agotar abonos sin conocer el cartel cree que han llegado al fin deseado: «Buscábamos que la gente lo vea como un evento al que hay que ir, independientemente de quién toque y lo hemos logrado. Conseguir que la gente sea tan fiel como para comprar el abono sin saber el cartel es el objetivo de todo programador.

Lejos queda ya aquella primera edición del 2018 en donde el festival miraba hacia el rock, el indie y la electrónica con artistas como The Killers, Lenny Kravitz, Jamiroquai y Martin Garrix. El evento —con una pandemia de por medio que lo mantuvo en suspenso— evolucionó hacia los ritmos urbanos latinos y la introducción de artistas mainstream inéditos en este tipo de eventos. «Es una mezcla completamente buscada. Nuestro objetivo es hacer un cartel que pueda llegar a la gran masa de la población», señala.

«Queremos que los seguidores de la electrónica tengan sus actuaciones, que los del indie, las suyas y los de las músicas urbanas, también. En su momento fue muy arriesgado, porque no lo estaba haciendo nadie. Nosotros creíamos que para un lugar tan icónico y en un evento tan grande era lo que había que hacer para llegar a tanta gente. El modelo tradicional de los festivales era el de la especialización. Nosotros quisimos romper con eso y hacer un festival donde pudieran convivir generaciones. La respuesta del público demuestra que hay más caminos. Y, ojo, somos los primeros que queremos que exista el festival especializado, como hacemos nosotros con el Resurrection Fest, que hasta tiene escenarios centrados en un tipo concreto de música de metal. Pero esto es otra cosa. Queríamos crear el gran evento social de Galicia y creo que lo conseguimos. Va a ser el camino a seguir en los próximos años».