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Melendi conecta con el público del Morriña Fest de A Coruña no solo con un «like»

CULTURA

Alba Iglesias

El cantante asturiano fue uno de los platos fuertes de la segunda jornada del festival que se celebró en el muelle de Batería. ÁLBUM ¿Estuviste en el Morriña? ¡Búscate en esta galería!

15 sep 2023 . Actualizado a las 14:05 h.

El enlace que une a Melendi con su público es mucho más fuerte que el de una red social. Quedó claro este sábado en A Coruña cuando los 20.000 asistentes a una segunda jornada del Morriña Fest reservada para la actuación del artista internacional Nicky Jam se entregaron al cantante asturiano de principio a fin. No le hicieron falta las tres grandes pantallas que simulaban ser móviles reproduciendo el concierto en streaming en el escenario del muelle de Batería para hacer palpable la conexión con un auditorio que ya lo esperaba ansioso mientras cantaba Emilia en el otro palco.

La ambientación estaba preparada para que el vocalista comenzase su cita con el tema que dá nombre a su último disco Likes y cicatrices. Su crítica al yugo de los smartphones no impidió a los espectadores, de varias generaciones, grabarlo con el suyo para guardar un pedazo de la esperada cita, en la que continuó con Tú de Elvis y yo de Marilyn.

Después de dar las gracias a los oyentes por dedicarle «lo más valioso, que es el tiempo», Melendi se trasladó al 2008 para entonar Un violinista en tu tejado, con el que abrió la veda de sus temas más míticos. Caminando por la vida y Como una vela hicieron que el público se dejase la voz en una noche despejada.

En esta combinación de creaciones nuevas y antiguas, el solista cantó Desde que estamos juntos y Tan tonto como tú, antes de presentar a su banda, de la que forma parte Neus Ferri, quien también regaló su voz a los presentes.

Las manos se levantaron con energía con los primeros compases de Tocado y hundido, una obra coreada y aplaudida con una fuerza que se transformó en emoción con Destino o casualidad y Tú jardín con enanitos. «Cuando era joven me iban más otro tipo de jardines», confesó el cantante, que contó que ahora lo que siempre desea con ganas es volver a casa para ver a su familia. Traspasó el ecuador de su actuación, la más larga de la noche, con vigor y sin dejar de recorrer el escenario de un lado al otro. Lo acompañaron las luces de los teléfonos en alto al son de Cenizas en la eternidad y La promesa.

Aplausos, bailes y rugidos se desataron entre los espectadores al llegar los versos de Canción de amor caducada, tras la cual el artista quiso reflexionar de nuevo sobre el abuso de las redes sociales. «Cuando nos enganchamos a los móviles nos olvidamos de las cosas importantes, como lo que sucede en Ucrania», dijo el ovetense, quien no dudó en revelar que de joven era «muy egoísta». «Ahora sigo siéndolo un poco más», añadió para encarar la recta final, en la que sacó a relucir su autobiográfico Yo me veo contigo, con el que se despidió «hasta pronto».

Las peticiones de sus seguidores hicieron que volviera a salir con su micrófono para situarse junto al piano y vocalizar su Cheque al portamor. Pero no podía despedirse con una triste, aseguró antes de hacer saltar a todo el auditorio con sus Lágrimas desordenadas. «Hagamos que todos los miedos sean importantes», animó Melendi, dejando una fuerte intensidad que se alargó una hora y veinte y acabó más tarde de lo previsto. Y la fiesta siguió con Carlos Sadness, el encargado de cerrar la última jornada de esta tercera edición del Morriña, la segunda en A Coruña.