El emocionante caminito de estrellas multicolor de J hasta Iván Zulueta

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN

CULTURA

.

El líder Los Planetas toca la fibra de la audiencia del Noroeste con Plena pausa, un concierto que musica imágenes del cineasta vasco

11 ago 2023 . Actualizado a las 21:16 h.

Decir que Plena pausa ha sido, por ahora, el concierto más especial de esta edición del Noroeste depende de la sensibilidad de cada cual. Si en la del oyente-espectador se juntan elementos como The Velvet Underground, Arrebato, Family, Andy Warhol, Jesus & Mary Chain o Los Planetas difícilmente podrá encontrar algo que lo supere en su carácter excepcional. Lo que pasó ayer en el Teatro Colón supuso un regalo para los sentidos. A los ojos y a los oídos, pero también a los latidos del corazón. Fue tan emocionante que a la salida, toda una generación crecida con Súper 8 y Una semana en el motor de un autobús renovó sus votos con J, el líder de Los Planetas que vuela ahora en solitario con un proyecto fantástico.

Viajemos a uno de esos momentos en los que se pudo sentir el escalofrío a cámara lenta. Con la misma velocidad que esas guitarras a lo Galaxie 500, las que dibujan muchas de las canciones. En la pantalla, una película de Zulueta grabada en la plaza de España de Madrid. En la canción de pronto se cuela El rascacielos de Family. «Desde aquí domino el gran país / este rascacielos es gigante», canta J expandiendo esa emoción por la misma piel de la audiencia. En la pantalla aparecen personajes anónimos arremolinándose por un suceso. En los altavoces, versos que hablan de la heroína y que, de pronto, se apoyan sobre la melodía del Walk On The Wild Side de Lou Reed y un fandango andaluz que camina hacia el extrarradio. Cuando eso se materializa, el fan de todo lo antedicho acaricia directamente la gloria. 

Fue solo uno de los múltiples momentos mágicos de un directo basado en un disco, Plena pausa, que se estrenará en septiembre y que traduce en sonido las imágenes inéditas de Iván Zulueta adquiridas por las Filmoteca Nacional. En directo este sale cual Velázquez en una toma frente a un espejo con el bigote serpenteando en la mueca de su boca. Y se produce otro escalofrío. Hay imágenes suyas rodadas cuando apenas era un niño de ocho años. Otras recogen la fascinación del Picadilly de Londres en el 58 (esas luces que se quiere traer a Donosti Zulueta, tal y como que canta J). También, el Nueva York de 1965. Y San Sebastián y Madrid. Sobre ello J trenza una masa sonora deliciosa, llena de baterías a lo Moe Tucker, guitarras con esa mezcla de suciedad y levitación tan de la casa y una sensación ma-ra-vi-llo-sa de suspensión que todos los fans de Los Planetas conocen y adoran reconocer. 

Con la banda tocando a ras de suelo en la platea, las imágenes -potentes, bellas y muy reveladoras para quien conozca las claves de Zulueta- se pasean majestuosas en la pantalla. Y la banda las contempla dando la espalda al público en un acto de amor a esa belleza oscura con chispas de luz. La plasmada con gafas de sol en el Banana álbum y todo el camino que se hizo desde él hasta nuestros días. Una senda filmada en súper 8, sonorizada con bruma y recogida en este feliz proyecto totalmente alucinante. 

El festival Noroeste ha tenido el privilegio de acoger esto antes de la salida del álbum y su gira oficial. Desde ya es uno de los acontecimientos del año. Una experiencia para abrir esa ventana poética hacia otro mundo desde el cual contemplar este, que decía J. Ayer en el Colón se sucedieron los suspiros, las pupilas brillantes y la sensación de reencuentro. Con una manera de ver el mundo. Con una manera de sonorizarlo. Y, por supuesto, con una manera de vivirlo. Un auténtica gozada