Polanski, el eterno superviviente

Oskar Belategui MADRID / COLPISA

CULTURA

Roman Polanski
Roman Polanski CHARLES PLATIAU | Reuters

El polaco errante, un genio en la picota que cumple 90 años y presenta filme en Venecia, sigue sin poder pisar EE. UU. por violar a una menor en 1977

21 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«En mis muchas premoniciones de tragedia, jamás imaginé que mi vida y mi profesión quedarían destruidas por haber hecho el amor», reflexiona en sus memorias Roman Polanski. En 1977, cuando el realizador ya había tocado la gloria en el mismísimo Hollywood tras firmar dos obras maestras —La semilla del diablo y Chinatown—, llevó a una niña de 13 años a casa de su amigo el actor Jack Nicholson en las colinas de Mulholland Drive, en Los Ángeles. Tres semanas antes, había sacado fotografías de Samantha Geimer con el pecho al aire, tras asegurarle a su madre que eran para un reportaje de la popular revista Vogue. Polanski emborrachó con champán a la pequeña, le suministró un somnífero y la violó.

El autor de Repulsión aceptó los cargos y permaneció bajo vigilancia psiquiátrica. Pasó 42 días en la cárcel en California como parte de un acuerdo de 90 días, pero huyó del país antes de que se dictara sentencia, al pensar que el juez podría anular el trato y condenarlo a cincuenta años de cárcel. Geimer, que escribió La niña: una vida a la sombra de Roman Polanski, le ha perdonado, no así los jueces. En el 2009 fue detenido en Zúrich al recoger un premio en un festival. Tras varios meses de arresto domiciliario en su lujoso chalé alpino de Gstaad, las autoridades suizas se negaron a extraditarlo y quedó en libertad. No pisó suelo de Estados Unidos ni siquiera cuando se alzó con el Óscar por su película El pianista.

Roman Polanski cumplió el pasado viernes 90 años, a punto de presentar su nueva película, The Palace, en el Festival de Venecia, que arranca el próximo 30 de agosto. «No veo dónde está el problema. Han pasado sesenta años. Ha admitido su responsabilidad. Ha pedido perdón. Ha sido perdonado por la víctima, que ha pedido que se ponga fin al asunto», justifica Alberto Barbera, director artístico del certamen italiano.

La polémica siempre ha perseguido al polaco errante, cuya vida está marcada por la guerra, la violencia y el sexo. Nació en París poco después de que Hitler llegara al poder, aunque sus padres, judíos no practicantes, se trasladaron a Cracovia, en el corazón mismo del Holocausto. Todos fueron confinados en campos de exterminio nazis. Su madre falleció embarazada en las cámaras de gas de Auschwitz; su padre logró sobrevivir a Mauthausen. El pequeño Roman vagó por Polonia durante la guerra, en medio del fuego cruzado. Llegó a ser utilizado como blanco humano por los alemanes en sus ejercicios de tiro. En sus memorias, relata su fuga del gueto de Cracovia: «El 13 de marzo de 1943, mi padre me despertó poco antes del amanecer. Cortó tranquilamente el alambre de púas con unos alicates, me dio un rápido abrazo y atravesé la alambrada».

Genio precoz

Polanski fue un genio precoz, que, a los 14 años, era actor de teatro, y a los 20, el alumno más aventajado de la Escuela de Cine de Lodz. El cuchillo en el agua, Callejón sin salida, El quimérico inquilino, El baile de los vampiros, Frenético, Lunas de hiel, La muerte y la doncella, El escritor, Un dios salvaje, El oficial y el espía... Sus películas ahondan en la paranoia, la histeria, la violencia y el humor negro. Ofrecen al espectador un doloroso reflejo en el espejo de nosotros mismos. A sus 90 años, sigue siendo un cineasta mordaz y agudo, que hasta en las cintas de encargo deja muestra de su inmenso talento.

The Palace, programada fuera de concurso en Venecia, es una comedia negra rodada en la ciudad suiza de Gstaad y ambientada en un hotel de lujo en la Nochevieja de 1999. John Cleese, Fanny Ardant, Mickey Rourke, Oliver Masucci y Joaquim de Almeida se cuentan entre sus protagonistas.

Estrenar en Venecia no parece muy compatible con ser víctima de la cultura de la cancelación, pero seguro que a este superviviente de mil escándalos el Me Too no le quita el sueño. Hablamos del hombre que finiquitó el sueño hippy el verano de paz y amor de 1969, cuando su mujer, la actriz Sharon Tate, fue asesinada de diecisiete cuchilladas a manos de los acólitos de Charles Manson. Tenía 26 años y estaba embarazada de ocho meses y medio. Los periodistas estadounidenses especularon acerca de la vida privada del matrimonio, sembrando la idea de que las drogas, la magia y las prácticas sexuales heterodoxas habían contribuido a la tragedia. «Me gustaría ser juzgado por mi trabajo y no por mi vida», confía Polanski.