María Jiménez, la leona que tuvo que sobreponerse a la muerte de una hija adolescente y los malos tratos de su marido

R.C. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

María Jiménez en A Coruña, en una imagen de archivo.
María Jiménez en A Coruña, en una imagen de archivo. Xose Castro

La cantante, bailaora y actriz ha muerto este jueves a los 73 años tras una carrera profesional de éxito, pero una vida dura en lo personal

08 sep 2023 . Actualizado a las 09:47 h.

Quienes conocían a María Jiménez, que ha muerto este jueves a los 73 años, la definían como una auténtica leona. «Una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable», señala, sin ir más lejos, el comunicado con el que su hijo, Alejandro Jiménez, dio a conocer la triste noticia. Lo cierto es que la vida de la cantante, bailaora y actriz fue dura en lo personal. La muerte de su hija a los 16 años en accidente de tráfico o los malos tratos que sufrió por parte de su marido, Pepe Sancho, son algunos de los mazazos a los que se tuvo que sobreponer la artista.

Origen humilde

María Jiménez nació en el sevillano barrio de Triana el 3 de febrero de 1950. De familia humilde, con un padre de origen gitano —algo que la artista no supo hasta que él mismo se lo confesó en su lecho de muerte—, pasó sus primeros años entre el hambre y la pobreza, en una casa de una sola habitación. Como sucedió con tantas otras personas de su generación, comenzó a trabajar siendo aún una niña en un obrador. Más adelante, decidió marcharse a Barcelona en busca de un futuro mejor. Allí se dedicó a limpiar portales y servir a familias adineradas.

Madre soltera a los 17 años

Fue a su regreso a Sevilla, tras haber conquistado los tablaos de ciudades como Madrid, cuando se quedó embarazada de su primera hija, María del Rocío Asunción Jiménez. Apenas tenía 17 años y el padre, del que no ha trascendido la identidad pero se sabe que era miembro de la alta sociedad andaluza —lo que en el lenguaje coloquial se conoce como un «señorito andaluz»—, nunca se hizo cargo de la niña. Así, María Jiménez se convirtió en madre soltera en 1968, en una época en la que se marginaba y señalaba a las mujeres que debían enfrentarse solas a la maternidad.

Fotografía del coche en el que falleció Rocío, hija de María Jiménez, en un accidente en 1985
Fotografía del coche en el que falleció Rocío, hija de María Jiménez, en un accidente en 1985

Perdió a su hija adolescente

María Jiménez perdió a su hija, Rocío, en un accidente de tráfico en 1985, con tan solo 16 años, cuando regresaba de pasar las vacaciones de Navidad con la familia. Esta tragedia marcó la vida de la artista, hasta el punto que no pudo hablar en público de aquel suceso hasta varias décadas después. «Cada día me acuerdo de ella, el dolor sigue... La herida se va cerrando pero el dolor no», confesó en una de sus últimas entrevistas, en el desaparecido Sálvame Deluxe.

Sufrió malos tratos por parte de su marido

Antes del trágico suceso, María Jiménez había encontrado el amor, o eso pensaba, de la mano del actor Pepe Sancho. «Fue un flechazo, pero después fueron veinte puñaladas», explicó la artista en el programa de Lazos de sangre que TVE le dedicó en el 2021. Lo cierto es que la suya fue una historia de idas y venidas, con tres bodas y sus respectivas separaciones, y marcada por la violencia machista cuando el término estaba aún sin acuñar y las mujeres maltratadas eran señaladas por la sociedad. «Ese señor me maltrataba. Me daba una paliza y me maltrataba psicológicamente. Después me decía: "vamos a casarnos otra vez". Y yo como una tonta, tras dos carantoñas, le creía», explicaba.

María Jiménez y Pepe Sancho se casaron por primera vez en 1980, en una multitudinaria boda con más de 3.000 invitados. En 1983 nació su segundo hijo, Alejandro Jiménez, y un año después la pareja se separó. La trágica muerte de Rocío —Pepe Sancho la consideraba también como su hija—, en 1985, hizo que el matrimonio volviese a unirse. Celebraron una segunda boda celebrada en Costa Rica en 1987, tras la que volvieron a romper su relación, y una tercera en Nepal, «por la exclusiva», como reconoció más tarde la artista.

Pepe Sancho y María Jiménez, en una imagen de archivo
Pepe Sancho y María Jiménez, en una imagen de archivo

Finalmente, el matrimonio se divorció en el 2002, tras dos décadas de malos tratos e infidelidades por parte de Pepe Sancho. María Jiménez describió aquella etapa de su vida como años de «soledad acompañada y puteada», en el libro que publicó tras la ruptura definitiva de la pareja. Tal como recogió el programa Lazos de Sangre, Sancho, al que definían como celoso y posesivo, había anulado a su mujer, la había apartado de los escenarios, y ella había aceptado el rol de madre y esposa que se queda en casa. La bailaora no se dio cuenta de la situación hasta que su hijo, Alejandro, le contó que había visto a su padre con otra mujer. Fue entonces cuando ella dijo «se acabó».

Problemas de salud

María Jiménez resurgió como una leona en los años 2000, tras romper definitivamente con Pepe Sancho. Sin embargo, pese al éxito profesional que cosechó tras su regreso a los escenarios, su vida personal siguió siendo un camino de mazazos. En el 2017 confesó que había superado un cáncer de mama y que había pasado por varios problemas de salud en una entrevista concedida a Toñi Moreno. Dos años después, ingresó por problemas digestivos y estuvo a punto de no contarlo. Pero la artista se sobrepuso, como llevaba haciendo toda la vida, hasta que este jueves 7 de septiembre su voz se apagó. Algo que no harán sus himnos, como Se acabó, que ha regresado en forma de hashtag (#SeAcabo) para dar voz a las leonas que se enfrentan al machismo que impera en el mundo del fútbol y que, gracias a la lucha de figuras como María Jiménez, ya no lo hace en la sociedad.