Espectáculo para disfrutar del género histórico
24 nov 2023 . Actualizado a las 21:45 h.Para aprender sobre Historia, las aulas especializadas; para disfrutar del género histórico, Ridley Scott. Más allá del chovinismo de sectores de la intelectualidad gala (quizá dolidos por ser un inglés quien retrate a su mito nacional, que lo es) despotricando contra el autor de Napoleón por considerar que su retrato es imperfecto, falsea hechos e incurre en tópicos (al parecer nunca asaltaría sable en mano, pero me traje de Les Invalides una miniatura francesa con Napoleón cabalgando con su sable en alto…), lo cierto es que el británico ofrece lo esperado: un magnífico espectáculo. De eso se trata, no de una lección de Historia. Recupero un párrafo que publiqué en este diario (agosto de 2021), a propósito de su tan magistral como incomprendida El último duelo (aquí, el siglo XIV), castigada además por el covid en cuanto a taquilla. Recogía sus palabras sobre que «el cine sirve como puente para entender mejor la Historia» y que «el historiador nunca puede especular sobre situaciones que desconoce, mientras que en el cine hay que llenar esos huecos», de ahí sus libertades creativas desde que en 1977 rodara Los duelistas —también napoleónica— y al menos otros diez filmes paseándose por varios siglos, entre ellos Gladiator (2000), El reino de los cielos (2005) y Exodus: dioses y reyes (2014), servidos bajo la coartada de cine de género con un equipo fiel liderado desde hace años por Arthur Max en arte —excepto en la irregular 1492—, la crac del vestuario Janty Yates y el fotógrafo Dariusz Wolski.
Scott ya anunció que la director´s cut de Napoleón se irá a más de cuatro horas (en Apple, cuando toque), advirtiendo así que algunas cuestiones quedarán mejor aclaradas, con lo cual aquí ofrece a un Bonaparte como otros hicieron antes, todas diferentes y siempre polémicas. De principio hay dos partes bien definidas. La primera, su relación con Josefina, que al pertenecer a lo privado se transforma en especulativa aun sabiendo a través de escritos, que Bonaparte estaba obsesionado con ella. Ahí poca tela queda por cortar jugando con los trazos psicológicos del personaje y lo que hayan influido en esa relación a juicio del guionista David Scarpa y el propio Scott. La segunda es la del espectáculo puro y duro, la del militar dirigiendo a miles de uniformados recorriendo media Europa y Egipto, y masacrando. En eso, no hay cineasta que supere al director a la hora de recrear cargas y combates. Cierto que apenas sabemos del estratega brillante y del político, e incluso carga sobre sus trazos de hombre acomplejado (Joaquin Phoenix lo borda). ¿Y qué? Es una película. Si queremos saber más de Napoleón entremos en una librería y compremos alguna de las muy buenas biografías que le han dedicado. Aquí se trataba de gozar con la visión del otro emperador, pero del cine: Ridley Scott.
«NAPOLEÓN»
EE.UU., 2023.
Director: Ridley Scott.
Intérpretes: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier, Rupert Everet, Matthew Needham.
Drama.
158 minutos.