El alarido punk con el que Siniestro Total revolucionó el rock nacional

Javier Becerra
Javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Primer concierto de Siniestro Total en Salesianos, 27-XII-81 Archivo particular de Emilio Alonso Pimentel publicado en su libro  Vigo a 80 revolucións por minuto .(Edicións Xerais)
Primer concierto de Siniestro Total en Salesianos, 27-XII-81 Archivo particular de Emilio Alonso Pimentel publicado en su libro Vigo a 80 revolucións por minuto .(Edicións Xerais) CEDIDA

Un libro revisa «¿Cuándo se come aquí?», el mítico debut del grupo vigués

07 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Cuánto se come aquí?, el álbum de debut de Siniestro Total, es un disco trascendental en la música nacional. Para algunos, el más importante de todos. «Es el elepé más revolucionario de la historia del pop, el rock y el punk español», dice tajante el periodista gallego Jesús Ordovás. Lo sitúa «por encima del Nevermind The Bollocks de los Sex Pistols» y cree que «consiguieron superar incluso a los Ramones». Servando Carballar, líder de Aviador Dro y responsable de la discográfica que los editó, considera que es el álbum que puso en valor en España la filosofía del punk de «tú puedes hacerlo como quieras y cuando quieras». Y el escritor Agustín Fernández Mallo lo describe como algo «maravillosamente demencial», resaltando que su inspiración lo ha acompañado en toda su obra literaria.

Son tres opiniones recogidas en ¿Cuándo se come aquí? El gran golpe de Siniestro Total (Efe Eme), el libro en el que Sara Morales aborda la historia de un trabajo que no solo puso a la formación viguesa en el mapa en 1982, sino que provocó un movimiento sísmico subterráneo que generaría grietas por todo el país. Usando la técnica de la historia oral con pequeñas introducciones en cada capítulo, la periodista da voz a los integrantes vivos del grupo (Julián Hernández, Miguel Costas, Alberto Torrado, Javier Soto), rescatando declaraciones de archivo del fallecido Germán Coppini. Junto a ellos, además de los citados, hablan otros músicos de la escena viguesa, como Teo Cardalda, Pablo Novoa y Antón Reixa; personajes de la industria discográfica, como Paco Trinidad y Kike Fuentes, el diseñador Oscar Mariné y el periodista Diego A. Manrique que define el mítico elepé como «una expresión gloriosa de irreverencia, de libertad, de grosería muy española».

Entre todos completan el puzle de la historia de un trabajo totalmente rupturista en su momento. Aún hoy, sigue levantando cejas y abriendo bocas por su mezcla de irreverencia, humor negro, desquicie colectivo, provocación, velocidad, rudeza e inteligencia. Todo ello servido con la fuerza de los Ramones, el histrionismo de los Sex Pistols y la velocidad de los Dead Kennedys, tres pilares sobre el que cimentaron su sonido los vigueses. «Cuando aparecieron los Ramones nos dimos cuenta de que eso también lo podíamos hacer nosotros», dice en el libro Julián Hernández, recordando el concierto que los neoyorquinos dieron en Madrid en 1980 y que fue a ver con sus compañeros. Al volver de allí lo tenían claro: «Con la paga que nos daban nuestros padres compramos el ampli más cutre del mundo y lo quemamos en menos de una semana», recuerda Costas.

En la casa de los padres de Javier Soto empezaron a expulsar canciones salidas de la urgencia y la inconsciencia. No pensaban que iban a llegar a nada. Esa liviana sensación de libertad los acompañó en los inicios. En las páginas de la obra de Sara Morales diferentes voces se recrean en los momentos míticos de aquellos años. El accidente de circulación del que surgió el nombre al grupo. La irrupción explosiva de Germán Coppini, que se convirtió en el líder del grupo. Y, por supuesto, el célebre concierto en el Cine Salesianos de Vigo el 27 de diciembre de 1981, considerado por muchos el acta fundacional de la movida viguesa. Antón Reixa se refiere a ese momento «Los presenté con una frase que decía algo así como "¡Recién llegados de Irán, música celta, esquizorock... Ellos son Siniestro Total!" Aquella noche fue un antes y un después, ahí comentó el ascenso del grupo. Yo mismo, aunque ya conocía su repertorio, caí rendido al verlos con esa fuerza que tenían en el escenario».

Triunfo en Madrid

Lo que inicialmente parecía una gamberrada llena de bromas privadas con una vida limitada a Vigo, se coló en Madrid. Ordovás los pinchaba en Radio 3. Dro les editaban el EP Ayudando a los enfermos. Los reclamaban de programas de televisión. Y quienes los veían en directo se quedaban totalmente asombrados. Fernández Mallo revisa la sensación que le causaron cuando los tuvo delante con 14 años: «Parecían ir en contra de toda la música que habíamos oído en nuestras casas de generaciones anteriores, el folk, el rock progresivo, el rock melódico, los cantautores, etc... De pronto, de un plumazo, con Siniestro Total todo aquello quedó antiguo».

¿Cuándo se come aquí? plasmó eso en un vinilo. La expresión «políticamente correcto» no existía, pero ellos se encargaron de dinamitarla por adelantado. ¿Podría hoy en día salir una banda con temas como Las tetas de mi novia, Matar hippies en las Cíes o Ayatolah? Varios testimonios parecen indicar que no. Pero, en su momento, también generó estupor. Ordovás, por ejemplo, explica el miedo que tenía de que despidieran de la radio por poner aquellas canciones. Miguel Costas señala que «si repasamos toda la discografía de Siniestro Total solo se pueden salvar dos o tres temas». Pero Diego A. Manrique advierte lo evidente: «¡Ssssh! No se los digáis a nadie, pero siguen saliendo grupos que cantan barbaridades similares. Los discos los sacan en sellos que están por debajo del radar de los buscadores de escándalos».