Blur, el grupo que se reunió y cumplió el sueño juvenil de tocar en Wembley
CULTURA
Filmin estrena «To The End», la pieza que documenta su regreso del 2023
10 dic 2024 . Actualizado a las 09:52 h.Los componentes de Blur, la banda totémica del brit-pop que irradiaba vitalidad por los cuatro costados, son ya unos señores que miran más a los 60 años que a los 50. Como grupo, poco les quedaba por cumplir. En los noventa fueron una de las formaciones de pop más famosas del planeta. Y en la siguiente década pasaron a ser un clásico tal que terminaron volviendo a los escenarios, aclamados por sus fanes. Aquella pirueta quedó plasmada en No Distance Left to Run (2010) de Dylan Southern y Will Lovelace. En esa pieza magistral se mostraron de manera descarnada los conflictos internos, los problemas de adicciones y su vertiginoso paseo por la gloria del pop. Se trata de uno de los mejores documentales musicales de lo que va de siglo y, sin duda, un documento de visionado obligado para los devotos de los ingleses.
Después del retorno allí plasmado —del que surgió el disco The Magic Whip (2015)— la situación del grupo quedó en una nebulosa cuya inactividad durante ocho años dejaba todo en puntos suspensivos, sin hablar de una separación tajante. En todo caso, la pregunta era: ¿Para qué volver por segunda vez? ¿Qué sentido tenía hacerlo tan pronto? Eso es lo que intenta responder To The End de Toby L, el documental que se puede ver en Filmin. Una pieza que se queda lejos de la intensidad emocional de su precedente, pero sirve para reflejar el estado actual del conjunto.
Parte de la respuesta a la pregunta se encuentra en el recital que el cuarteto ofreció en el estadio de Wembley el 9 de julio del 2023 (cuya filmación completa también está disponible en la misma plataforma). En el documental, el cantante Damon Albarn explica que, cuando eran adolescentes, él y Graham Coxon vieron el Live Aid de 1985, el macroconcierto benéfico celebrado en Wembley en el que actuaron Queen, David Bowie, U2, Paul McCartney y una extensa lista de estrellas. Tocar ahí algún día era el sueño de todos aquellos chicos crecidos en la fascinación por el pop. Y nunca es tarde para hacer los deseos realidad, sobre todo cuando son posibles.
Pero además de ello, había la necesidad del reencuentro de cuatro amigos que llevaban tiempo separados y que funcionaban en armonía a través de la música. El documental tiene un punto melancólico y transmite una cierta sensación de lentitud en unas vidas que se encuentran claramente en su segunda parte, lejos del frenesí juvenil. Ver al otrora impoluto bajista Alex James con barba de varios días y barriga despreocupada define el momento. Damon, dándole de comer a sus gallinas en la casa que tiene en Devon, también. Y juntos pegándose un chapuzón lo redondea. «Tengo 55 años y tengo que aceptar que el tiempo no es infinito», dice al principio Albarn, con voz cansada.
En ese ambiente el grupo se pone manos a la obra para grabar el disco The Ballad of Darren y preparar los conciertos que les mantuvieron ocupados en el 2023. Entremedias, hablan de sus rodillas doloridas (Dave Rowntree, el batería, acabó lesionado), recuerdan fantasmas del pasado asociados a la imposibilidad de asimilar el éxito e, incluso, visitan el colegio en el que nació todo, The Stanway en Colchester. Aunque el tono lento y las reflexiones sobre el paso del tiempo pudieran sugerir otra cosa, en cuanto los cuatro se suben al escenario todo vuelve a funcionar de nuevo. La banda en colorines que enamoró en 1994 en el videoclip de Girls & Boys preserva todo lo que les hizo grandes cuando actúan. La chispa, las melodías fantásticas y los estribillos memorables siguen ahí, sin que las arrugas de sus autores se reflejen en su ejecución. Y eso hace desear, incluso, una tercera reunión. «Tampoco digo que no vuelva a ocurrir nunca, aunque es lo más probable. Volverá a pasar si es lo que quiere el destino», concluye Albarn.