Kevin Johansen canta, Liniers pinta y el público les aplaude con sus risas

Javier Becerra
JAVIER BECERRA REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Daniel Mordzinski

La pareja argentina presenta su espectáculo en el Maré Festival de Santiago

25 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo empezó en la tira cómica Macanudo que el dibujante Ricardo Liniers tiene en el diario argentino La Nación. En una ocasión puso en duda que el músico Kevin Johansen se llamase así realmente, como si todo fuese una mascarada artística. «Decía en ella que para mí se llama Carlos Gómez y resultó que no, que me mostró su documento y se llamaba así, muy raro», recuerda Liniers. El aludido reaccionó a la chanza con el pasaporte en la mano. Y se ganó un amigo para siempre. «Nos conocimos y nos caímos muy bien», replica Johansen, nacido en Alaska de madre argentina y padre estadounidense. «Creo que prefería llamarse Carlos Gómez, porque no lo tratan como latino y le da rabia», se ríe Liniers.

Los dos se han juntado en una experiencia singular que esta noche se podrá ver en Santiago, con su pase dentro del Maré Festival (Sala Capitol, 21.00 horas, 20 euros más gastos). Se trata de un recital en el que, mientras Johansen canta, Liniers mueve sus pinceles al son de la música, pudiéndose ver lo que hace en una gran pantalla. ¿Pintar el sonido? «Me gusta la expresión y sentir eso. Que estoy en tono con la canción. Trato de ir a ritmo y procuro que todo fluya según la música», explica el dibujante, que, de pequeño, deseaba convertirse en una rockstar: «Cuando era chiquito quería una guitarra eléctrica y tocar con Van Halen. Mi madre me consiguió una guitarra acústica gigante y, de ahí en adelante, vinieron un fracaso tras otro». Todo, hasta que Johansen se cruzó en su camino y compartió el foco que lo alumbraba: «Fue como una especie de puerta nerd que se me abrió para entrar en los escenarios», dice.

En el disco Desde que te Madrid (2025), que recoge uno de sus conciertos, el dúo bromea con los tópicos que hay sobre los argentinos. Subrayan que, en realidad, son muy humildes. «Además, Liniers es el segundo hombre más humilde de Argentina. Él está en la vanguardia. Primero, Messi, y después él. Antes estaba el papa, pero ya sabemos lo que aconteció», relata Johansen, encantado de lo que le ha otorgado a sus directos la intervención del dibujante: «Es muy bonito compartir esto con alguien de otra disciplina y ver cómo fluye. Esta dinámica te da un plus».

Aunque el concierto responde a una estructura, hay mucha libertad. Lo explica Liniers: «Las canciones son similares, pero siempre hay espacio para que cambien. Nunca nos sentamos a escribir un guion en plan “en esta canción hacemos esto y en esta lo otro”. El show está improvisado y queremos que el público se ría». Lo consiguen. En las actuaciones de la dupla hay muchas risas. Johansen ha aprendido a recibirlas como aplausos: «Eso es un cambio muy grande para mí. Los cantautores a lo mejor hacíamos un comentario jocoso, un chascarrillo y, luego, manos a la obra y a tocar. La gente hace ja, ja, ja. Y listo. Con Liniers, esto son como olas de risas que aparecen y vuelven a aparecer. Al principio, me daba miedo todo eso. Pudor y vergüenza. Pero me fui soltando, y ahora lo disfruto muchísimo más. La gente abraza la mezcla».

Asegura Liniers que, en más de una ocasión, las personas entran a los teatros y salas a verlos con una idea totalmente equivocada: «Es lo que más me gusta. Cuando viene gente que no sabe a lo que va, gente que escuchó un par de canciones de Kevin y nada más. Porque hay muchas cosas que generan sorpresa en el show. El humor y la sorpresa casan muy bien». Johansen resalta lo que les permite la sonrisa: «Liniers va más allá del ilustrador de chiste fácil. Hay muchos momentos en los que te emociona. Quizá soy yo el que tira de un modo más irónico desde una letra o una música. Esa yuxtaposición es lo que hace también interesante el espectáculo. El humor, para mí, es un velo detrás del cual uno puede decir las verdades más tremendas. O, como decía Mark Twain, el problema con el humor es que nadie lo toma en serio».