Vítor Mejuto revisa los objetos de la vida rural de Manacor

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Vítor Mejuto explicando una de las obras de la exposición.
Vítor Mejuto explicando una de las obras de la exposición. JOAN SERVERA

El pintor gallego establece en su exposición producida por Es Baluard Museu un diálogo pictórico con la Mallorca previa al turismo

09 oct 2025 . Actualizado a las 09:25 h.

Tomar los objetos cotidianos de la vida rural de la Mallorca preturística y llevarlos a la pintura para establecer un diálogo poético entre arte contemporáneo y memoria popular. Esa es la base de «Breu història manual», la exposición de Vítor Mejuto (Barcelona, 1969) que se puede ver actualmente en el Museu d'Història de Manacor.

Invitado por Es Baluard Museu d'Art Contemporani y el Consell de Mallorca en el marco de la Biennal B, Mejuto viajó a Manacor el pasado junio. Allí conoció a varios vecinos mayores. Le mostraron herramientas domésticas y agrícolas hoy casi olvidadas. «Los objetos contienen su memoria —explica el artista—. Están imantados con el aroma de una época manual, analógica y definitivamente más humana».

Del encuentro y de todas las conversaciones que mantuvieron nacieron veinte obras de pequeño formato, creadas a partir de la impronta de aquel diálogo plural que miraba a un pasado casi olvidado por la evolución de los tiempos. «Cuando volví a casa, pinté sobre el recuerdo de estos encuentros», señala Mejuto. Las pinturas se integran entre las piezas en el museo. Generan un recorrido en el que la pintura y los utensilios originales se miran mutuamente. «Pintar esos objetos es como pintar a las personas y las vidas que vivieron», afirma Mejuto, que combina su habitual lenguaje geométrico con una mirada más introspectiva y sensorial.

Diálogo entre los objetos y las pinturas
Diálogo entre los objetos y las pinturas JOAN SERVERA

En un texto escrito para la muestra, titulado Historia manual de Manacor, el pintor reflexiona sobre esa relación íntima entre arte y trabajo manual: «Todas las piezas tienen un trato manual: existen porque daban servicio a una persona. Son prolongaciones, extensiones artificiales necesarias para acometer un trabajo. Tienen la huella del desgaste de unos dedos. Mi trabajo es, sencillamente, pintar esos objetos, que es como pintar a esas personas y las vidas que vivieron».

La exposición está comisariada por Eva Cifre, coordinadora de educación de Es Baluard, quien destacó en la presentación el vínculo entre territorio, memoria y creación que impulsa el proyecto. «Surgió tras un encuentro real con la comunidad local; de ahí su fuerza y autenticidad», dijo.

La exposición se complementa con talleres intergeneracionales organizados junto a la directora del Museu d'Història de Manacor, Magdalena Salas. En ellos, los estudiantes de bachillerato de la zona trabajan con el propio artista. «De este modo, el círculo se cierra —apunta Mejuto—. He tenido la suerte de ser transmisor de unos saberes valiosos gracias al sencillo lenguaje de mi pintura».

Desde Es Baluard, su director, el también gallego David Barro, destacó que este proyecto «nace pegado al territorio, con vocación de dejar huella, no como un fuego artificial». La muestra, inaugurada el pasado 4 de octubre, podrá visitarse hasta el 2 de marzo del 2026.