«Compromiso con el arte», Galicia y Valencia tejen un puente con mirada internacional
CULTURA













Abanca y la Fundación Bancaja presentan en Afundación de A Coruña una muestra en la que piezas de Picasso o Kandinski dialogan con otras de autores gallegos y valencianos para resaltar la profundidad de las colecciones de ambas instituciones
14 oct 2025 . Actualizado a las 18:57 h.Las obras de Picasso o Kandinsky dialogan con piezas de reconocidos gallegos, como Antón Lamazares o Francisco Leiro, en una muestra con huella también valenciana a través de las creaciones de Soledad Sevilla o Juan Genovés. Se trata de Compromiso con el arte, exposición realizada por Abanca y la Fundación Bancaja inaugurada este martes en la sede de Afundación de A Coruña. El recorrido estará disponible hasta el 31 de enero del 2026 de lunes a viernes, de 17.30 a 20.30, y los fines de semana y festivos, de 12.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.30 horas.
«El arte es una gran herramienta de convivencia y cohesión social. Es ese elemento capaz de conectarnos o igualarnos con todos los seres humanos con independencia de nuestras fronteras, territorios, culturas, religiones o géneros», apuntó Miguel Ángel Escotet, director xeral de Responsabilidade Social, Sostibilidade e Comunicación de Abanca y presidente de Afundación, en la presentación de una muestra que reúne 77 obras de las cuales 53 pertenecen a la colección de Bancaja y, el resto, 24, a la de Abanca.
«El título no es una elección casual, es una declaración de principios, una referencia directa a la historia y al esfuerzo continuo de dos instituciones por otorgar al arte y a los artistas el espacio de representatividad que merecen, así como por asegurar la difusión pública del valioso patrimonio artístico que atesoran. A través de este tipo de exposiciones materializamos este compromiso acercando la experiencia y la sensibilidad estética a la ciudadanía», señaló Escotet en su intervención. «Esta muestra simboliza la colaboración institucional y la visión compartida, así como la forma de entender el arte de ambas instituciones», añadió el presidente de Afundación. Sobre la muestra, indicó que «las obras son capaces de superar territorios, estructuras, fronteras gracias a este lenguaje universal y único que es el arte, que no discrimina entre las personas y que es capaz de abrir buenos puntos de tolerancia y competencia».
De acuerdo con Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación, el comisario de la exposición, Fernando Castro Flórez establece «un diálogo exquisito entre los legados de las dos instituciones para invitar al público a explorar la evolución y la diversidad artística del período que va desde la vanguardia hasta la actualidad». Además, el proyecto supone un hito, ya que tal y como subrayó Rafael Alcón Traver, presidente da Fundación Bancaja, es la primera vez que su colección se expone tan ampliamente fuera del territorio valenciano, con 54 piezas a las que acompañan 24 propiedad de Abanca.
Castro explicó que el objetivo del trabajo «es resaltar la profundidad de las colecciones, la importancia de las obras y, sobre todo, cómo se complementan y dialogan». Se buscó, además, generar una conversación que incluye además de artistas gallegos y valencianos a otros nacionales y creadores internacionales, «evitando un enfoque exclusivamente localista».
El recorrido comienza con varias obras de Picasso, destacando sus textos, grabados y bodegones, así como cuadros que formaron parte de la muestra El pintor y la modelo sobre Jacqueline Roque. «Picasso fue increíblemente activo en su etapa final cuando hizo alguna de las obras más importantes de su carrera, como estas en las que presenta a Jacqueline de formas diferentes, de frente, de perfil y hasta de una forma monstruosa con un retorno al cubismo y un uso decisivo del color», indicó el comisario.
La siguiente sala está dedicada a la abstracción. «En las dos colecciones hay una cantidad importante de cuadros abstractos de distinta forma», señaló el comisario, que incluyó en este espacio trabajos de artistas como José María López Yturralde. «Se establece una relación de su obra con otras piezas abstractas como las de Sempere y Lamazares», indicó Castro, que completó su selección con piezas de artistas internacionales como Günther Förg e Imi Knoebel, junto a españoles de amplia trayectoria, como Sean Scully y Juan Uslé, mostrando diferentes períodos y diversas formas de acercamientos a la abstracción. Destaca en esta sala la pieza de Soledad Sevilla, El mundo a mi manera. «Retrata el cambio de la naturaleza durante el otoño observando la hiedra de la Alhambra de Granada», detalló Castro.
Sin condicionar al visitante
El comisario explicó que decidió configurar la muestra sin hipertextualizarla, «sin exceso de textos, lo que permite disfrutar plenamente de las obras». «Cada pieza se presenta con título, pero está abierta a múltiples lecturas e interpretaciones invitando así al visitante a experimentar y disfrutar de manera directa», concluyó.
Ya por la tarde, el presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet Rodríguez, afirmó en el acto de inauguración que «esta muestra es un ejemplo de cómo el arte permite trascender fronteras, y confirma el compromiso de Abanca y la Fundación Bancaja con la cultura, con los creadores y, sobre todo, con el público», ya que, tal y como indicó, esta exposición «es el fruto de una alianza entre dos entidades con sus propios caminos y personalidades, pero con un objetivo común: acercar el arte a la sociedad».
Del cubismo al «pop art» pasando por piezas de inspiración marinera
El recorrido por Compromiso con el arte permite al visitante adentrarse en diferentes temáticas. Después de las salas con piezas cubistas y abstractas hay un espacio dedicado al arte pop con creaciones de Equipo Crónica, formado por Rafael Solbes Juan Antonio Toledo y Manolo Valdés, del que también hay obras de su etapa en solitario.
En ese espacio destacan los cuadros de Juan Genovés Serie sin nombre, de 1971, y Presos políticos, del 73. Enfrente, Eduardo Úrculo con La tentación, donde recrea el mundo del cabaré de los años 20 y 30. En el muro central de esa sala están colgadas piezas de Juan Barjola, Darío Villalba y José Iranzo Almonacid, Anzo, con una obra sobre la soledad computacional. «Se anticipó a su época. Habla de ello cuando ni siquiera había móviles, en 1974», explicó el comisario.
El paseo prosigue con la sala Ensoñaciones oceánicas inspirada en las atmósferas marinas de Urbano Lugrís y que tiende un puente entre el Mediterráneo y el Atlántico con piezas de Julián Opie, que representa la línea de la costa y de Axel Hütte, con una imagen que representa tierra o agua, generando un contraste conceptual y visual. También una obra de Carmen Calvo, con cristales que evocan el mar y la escultura Aguadora que Francisco Leiro diseñó para Casa Grande do Pozo. «Tiene una mano levantada al cielo como si pidiera lluvia», dijo el comisario.
Para culminar el recorrido, un último espacio sobre contextos urbanos, «que puede ser el primero, porque está en la planta baja», explicó Castro Flórez, que añadió que por ello también han instalado un texto explicativo de la muestra en esa sala. En ella se integra una pieza del escultor valenciano Andreu Alfaro, «con una columna de líneas sensuales que remite a los fundamentos de la arquitectura». Las piezas expuestas en este punto aluden a la ciudad y su espacio construido. Destacan fotografías de Günther Förg, con imágenes de Tel Aviv, y obras de Manuel Ballester, José Sanleón y Miquel Navarro. «Las obras permiten un diálogo fluido entre ambas instituciones, mostrando cómo se complementan colecciones y territorios artísticos», indicó el comisario, que incluyó en esta sala Sueños Urbanos de Rafael Armengol, artista vinculado al pop, pero que decidió separarlo del espacio dedicado a ese arte por su pieza que ilustra la relación simbólica entre Marte y Venus, «explorando temas universales como la belleza y la guerra».