«El Rey me emocionó»

JOSÉ MARÍA GUIMARAENS A CORUÑA

DEPORTES

ENRIQUE SHORE

TENIS Javier Duarte, portavoz y capitán del equipo español de Copa Davis Javier Duarte forma parte del G-4 (grupo de cuatro capitanes) de Copa Davis. Es, sin embargo, el que lleva la voz cantante. Habla en nombre propio y en el de sus colegas en la capitanía, Juan Avendaño, Josep Perlas y Vilaró. Duarte ejerce al mismo tiempo como entrenador de Alex Corretja. Vive las horas más felices de su vida. Disfruta a tope de la conquista de la «ensaladera». Cree que el triunfo sobre Australia «es el no va más» y se lo dedica a su padre y a Juan Ventura -este último, el primer técnico con el que trabajó-, ambos ya fallecidos.

13 dic 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

Si hay una persona a la que Duarte le estará eternamente agradecido es a su esposa, Ana. «Es mi más firme apoyo y eso que no nos vemos tanto como quisiéramos, porque yo viajo constantemente con Corretja, pero Ana y mis hijos lo son todo en mi vida y cuando estoy con ellos disfruto la tira. -¿Qué le dijo el Rey cuando le dio aquel abrazo? -Siempre lo recordaré. Me dijo: «Las decisiones valientes, cuando tienen una sólida base, encuentran su recompensa». Fue muy entrañable y cariñoso y es de agradecer públicamente. La verdad, el Rey me emocionó. -Sigue la resaca por el histórico triunfo. -Es lógico. Vivimos momentos inolvidables y hay que gozarlos plenamente, porque ganar la Copa Davis es el no va más. Somos felices y disfrutamos de la victoria, pero pisamos con los pies en el suelo y no vamos a perder los papeles. -¿Cuál es el secreto del código de conducta del equipo? -Por encima de todo, que siempre valoramos las situaciones, cambiamos impresiones y hemos llegado a un pacto por el bien del equipo, que está dando favorables resultados. -¿Cómo valora el grupo de primeros jugadores españoles? -España dispone actualmente de la mejor gente del mundo para pistas de tierra batida. Esto no admite la menor duda. Si la Copa Davis llega a disputarse por aquel sistema anterior según el cual el equipo campeón tendría que defender el título a finales de temporada, estoy seguro de que tendríamos ensaladera de plata para mucho rato. Incluso así, el caudal humano del tenis español permite abrigar toda clase de esperanzas. -¿No hay demasiados torneos, un calendario excesivo? -Está claro que el calendario se ha vuelto muy exigente, pero no hay más remedio que admitirlo. Aquellos jugadores que no responden físicamente, acaban pagando las consecuencias. En el caso concreto de Alex Corretja, se ha preocupado mucho de seguir un programa de preparación física bajo la dirección del yugoslavo Petrit Seizjula y se notan los resultados positivos. -¿Recuerda 1998? Tantos agasajos, tantas fiestas, acabaron pasando factura. -Lo tenemos muy presente. Alex fue campeón del Masters y del Masters español. Después acusó toda aquella serie de festejos y celebraciones y 1999 no fue una buena temporada. Esta vez será totalmente distinto, porque vamos a tomarnos veinte días de descanso. Iremos quince días a la montaña, a Andorra y a Sierra Nevada. Dejamos a un lado el viaje a Australia y no estaremos en la lucha hasta el mes de febrero, en el Open de Rotterdam (Holanda).