BALONCESTO / LIGA ACB
07 abr 2002 . Actualizado a las 07:00 h.El Caprabo enseñó el camino al Breogán. Éste se había pensado que un recién ascendido debe ser cauto y esperar un tiempo prudencial para acaparar ambiciones. Ahí tiene los ejemplos del Fuenlabrada hace cuatro años o el Lleida ahora mismo; con menos presupuesto se han abrazado al play off tras el salto desde la LEB. Eso sí, el cuadro de Torres, dominador ayer en la primera parte, tuvo que echar mano de la épica para no dejar escapar un partido vital en sus aspiraciones, mientras los chicos de Paco García continúan a la búsqueda de su personalidad, en tierra de nadie. Los locales sí sabían a qué aspiran y salieron como motos. Por eso, destrozaron, una y otra vez, al conjunto lucense, desconocido, timorato y horrible en todas las facetas del juego en los primeros veinte minutos. El parcial de 10-0 de salida definió la actitud de ambos equipos. Los catalanes jugaron fluidos, salieron a la contra y destrozaron la defensa de un Breogán que jugaba a los despropósitos. Suerte tuvo que Loncar y Davis sacaron su clase, porque el partido tenía tintes de paliza. El rebote era claramente catalán, lo que propiciaba innumerables posesiones, siempre resueltas con criterio. Victoriano, ya lo quisiera Scariolo para su Real Madrid, guió a los suyos espléndidamente de lo que se benefició un extraordinario Bramlett, amo y señor de ambas zonas. Un tiempo muerto solicitado por García volvió a meter a sus hombres en el partido. Los de Torres llevaron la manija del partido de forma cómoda. En el segundo cuarto, los visitantes amagaron una reacción y cuajaron una buena continuación, llegando a remontar dieciséis puntos de ventaja con un parcial de 0-15. El Caprabo perdió a Bramlett y Ruffin por cinco faltas, lo mismo que Davis en el bando lucense. El acierto en los triples de Romero y Victoriano decantó el final.