El dopaje mancha a McEnroe

L. R. REDACCIÓN

DEPORTES

26 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Tatum O'Neal tira de la sábana y enreda a John McEnroe en el mundo de las drogas. La actriz acusa a su ex-marido de consumo de cocaína y marihuana. Además, revela que tomó esteroides, sustancia prohibida por la ATP, «cuando volvió a la competición tras el nacimiento de su hijo Sean, en 1987». Una duda mancha la carrera del que fue número uno del mundo y ganador de siete títulos del Grand Slam. El tenista y la actriz mantuvieron una polémica relación, de la que ahora se desvelan líos, drogas y secretos de alcoba. McEnroe se despacha a gusto en su autobiografía You Cannot Be Serious (No puedes ser serio), en la que admite haber tomado drogas esporádicamente durante su carrera. Sobre O¿Neal, desvela que estuvieron «al máximo» la primera vez que mantuvieron relaciones sexuales. Su ex-esposa, que se somete a un programa de rehabilitación por su adicción a las drogas, desvela que juntos consumían cocaína. Pero no explica si los dirigentes del circuito estaban al corriente del dopaje antes de su retirada. Las revelaciones las hace en una entrevista en la cadena de televisión ABC, rival de la NBC, para la que el ex-número uno hace de comentarista. La pareja se divorció en 1992. Tatum asegura que obligó a su marido a dejar los esteroides porque le hacían violento. McEnroe contestó ayer a O'Neal a través de un comunicado: «Estoy decepcionado. Esperaba que viera las cosas más claras tras estos años, y que compartiera mi interés por el bienestar de nuestros hijos». Su mánager, Gary Swain, añadió: «Le conozco desde hace 20 años y nunca tomó esteroides voluntariamente». El matrimonio entre McEnroe y O¿Neal, del que nacieron tres hijos, fue una pareja muy popular en la década de los ochenta, pero sufrió varios contratiempos antes de su separación. El ex-jugador se volvió a casar en 1997 con la cantante Patty Smith. La prensa ve una estrategia para vender su libro No es como La Guerra de los Rose , aquella película de Michael Douglas, pero en cierto modo se le parece. Los periodistas estadounidenses que viajaron a Londres para cubrir el torneo de Wimbledon no se han sorprendido de esta nueva situación. Saben que McEnroe quiere vender su autobiografía. Pretende embolsarse un montón de dólares y nada mejor que una publicidad gratuita. Enviados especiales de los medios norteamericanos coinciden en que se trata de una estrategia acordada entre Tatum y John. «Tú me acusas hoy a mí y mañana te replico yo con frases para armar el alboroto». El caso es que la fórmula parece que les está dando buen resultado, porque las agencias han distribuido los cargos de O¿Neal contra el que fue su esposo. Hoy será un nuevo día para la réplica. McEnroe quiere forzar la máquina. El que fue un irascible en las canchas pretende que su libro se venda como rosquillas. El título You cannot be serious («No puede ser serio») está relacionado con aquella frase que el jugador soltaba a los jueces de línea y a los árbitros cuando señalaban alguna falta por él considerada inexistente. «Es como un bicho violento, pero ahora se repartirá con Tatum los beneficios del libro. Esa es la realidad. Lo otro son fuegos de artificio». McEnroe, que juega actualmente los torneos séniors de pareja con Henri Leconte, ejerce como comentarista de televisión y toca la guitarra. También presume de ser escritor.