Dudas ante la gran cita

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El protagonista | El campeón de París, bajo mínimos Juan Carlos Ferrero se debate entre participar o retirarse a un día de comenzar la defensa de su título de Roland Garros por la persistencia de sus dolores

23 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

La edición del 2004 de Roland Garros se pone hoy en marcha en la que se convierte en la gran cita anual de la tierra batida. El segundo Grand Slam de la temporada (después de Australia) concentrará la atención del mundo del tenis en los próximos días, pendientes sobre todo de cuatro nombres: el suizo Roger Federer, el argentino Guillermo Coria y los españoles Carlos Moyà y Juan Carlos Ferrero. Precisamente, sobre el estado físico de este último están corriendo todo tipo de especulaciones. Ferrero tiene la difícil misión de defender el título logrado en la edición anterior del torneo. Juan Carlos fue la imagen de la impotencia durante la sesión de entrenamiento que celebró en la víspera con el argentino Mariano Zabaleta. Al valenciano se le vio con el gesto de quien no confía en sus propios recursos. «No podía seguir, porque me dolía la costilla lesionada», explicó. Todo indica que difícilmente podrá enfrentarse mañana contra el alemán Tommy Haas. «En estos momentos diría que no puedo jugar, pero quiero esperar veinticuatro horas, a ver cómo evoluciona o desaparece el dolor», siguió diciendo. Y para rematar sus impresiones respecto a la posibilidad, o no, de salir a la pista, comentó: «Si he de ser sincero creo que tengo un 60% de probabilidades de no jugar, pero queda ese otro 40% y debemos esperar». Varicela El médico que atiende a Ferrero, el doctor Ruiz Cotorro, trata de reducirle el dolor intercostal a marchas forzadas. En cualquier caso, Ferrero no está físicamente en adecuadas condiciones: «Creo que todo empeoró a raíz de la varicela, que me dejó sin fuerzas. Para poder encarar Roland Garros necesitaré que esas molestias desaparezcan y después si pudiera pasar dos rondas ya sería más fácil seguir adelante, aunque debo reconocer que ahora mismo no me siento favorito», manifestó el actual campeón del torneo. Desde 1990 no se ha dado la circunstancia de que el campeón del año (entonces fue el ecuatoriano Andrés Gómez) no pudiera defender su título al año siguiente (1991) debido a una lesión. De un tiempo a esta parte, Ferrero sufre un calvario muy particular. Su floja condición física le ha jugado malas pasadas esta temporada. En realidad sólo ha podido afrontar seis torneos con un balance de catorce victorias y seis derrotas. Raquítico ejercicio para un profesional de su contrastada categoría. Este año llegó a las semifinales del Open de Australia y se encontró desbordado (6/4, 6/1, 6/4) por Roger Federer. En aquel duelo el español acusó fuertes molestias en los aductores. Aunque más tarde consiguió ser finalista en Rotterdam, no pudo evitar su derrota frente a Lleyton Hewitt. Jugó en Marsella y se inclinó frente al desconocido francés Gregory Carraz. Después, un inesperado ataque de varicela lo dejó fuera de combate y quedó al margen de los Masters Series de Indian Wells y Miami. En Valencia, pese a clasificarse para las semifinales, confirmó sus horas bajas al perder en esa ronda ante el zurdo madrileño Fernando Verdasco por 6/2, 6/1. Toca fondo Su punto más bajo lo tocó en Montecarlo a manos de un Álex Corretja en clara caída al abismo. Ese sorprendente patinazo le llevó incluso a no presentarse a la rueda de prensa. Desde aquel partido no ha vuelto a salir a escena. Los rumores apuntaban a un accidente en moto que le habría causado la mayor parte de sus problemas, algo que el tenista ha desmentido. El caso es que, por unos motivos u otros, su actuación este año en pistas de tierra batida se reduce a siete partidos. Poco bagaje para hacer frente al torneo más exigente.