La agresión de Tassotti a Luis Enrique, el fallo de Salinas y el gol de Baggio, iconos de una derrota épica.
14 jun 2017 . Actualizado a las 13:58 h.España tendrá que enfrentarse el domingo a una de las selecciones más incómodas, correosas y afortunadas que existen: la tetracampeona del mundo Italia, a la que nunca ha ganado en competición oficial.
El último partido de alta competición que disputaron ambos combinados tuvo lugar en el Mundial de 1994. Aquel campeonato se jugó en Estados Unidos. España acudió con uno de los equipos más competitivos de su historia reciente. Javier Clemente era el seleccionador. Las estrellas, Hierro y Caminero. El portero, Zubizarreta. El delantero centro, Julio Salinas.
La selección había despachado a Suiza en octavos de final (3-0). En cuartos -el cruce fatídico para España- esperaba la squadra azzurra dirigida por el prestigioso Arrigo Sacchi.
El partido fue una batalla llena de alternativas que acabaron ganando los italianos por dos goles a uno. En la retina de los aficionados españoles quedarán para siempre impresas varias escenas recogidas por vídeos en el portal Youtube. Todo sucedió en los momentos finales del partido, cuando el marcador señalaba empate a uno. Habían marcado Dino Baggio para Italia y había igualado Caminero para España.
1. El lateral del Milan Mauro Tassotti agredió a Luis Enrique en el área. Era penalti y expulsión. El extremo asturiano acabó con la nariz rota, pero el árbitro no vio o no quiso ver una jugada que pudo haber alterado el ritmo del partido.
2. A cinco minutos del final del partido, Julio Salinas tuvo un mano a mano con el guardameta Gianluca Pagliuca. El ariete vasco, muy discutido por su estilo, pero muy eficaz de cara al gol con la roja, no tuvo su día y remató a los pies del portero. Si hubiera acertado, España habría tenido muchas papeletas para colarse en semifinales.
3. El grandísimo Roberto Baggio sí tuvo el acierto que le faltó a Salinas. Baggio aprovechó un desajuste de la defensa española para cogerle la espalda a los centrales, recibir un pase de Signori, internarse en el área, sortear la salida de Zubizarreta y lanzar un disparo cruzado a la Red. El partido estaba a punto de acabar. Italia estaba en semifinales. Y España, una vez más, había desperdiciado su oportunidad de hacer algo grande.