El velocista cántabro Óscar Freire logró con un apretado esprint su victoria de etapa, en la víspera del asalto a los Alpes, que decidirán el vencedor del Tour de Francia. Una jornada en la que planeó la sombra del dopaje y las noticias negativas continuaron asaltando, literalmente, la prueba. La empresa sudafricana Barloworld, que tiene sedes en muchos países del mundo, ha decidido abandonar el mundo del ciclismo lo más rápido posible. Lo hará al terminar la ronda gala, sin esperar al fin de la temporada. Además, en el corazón de la carrera se dice que puede haber otros cuatro positivos más.
Sobre la bicicleta, Freire se imponía al colombiano Leonardo Duque, vencedor de una etapa el año pasado en la Vuelta a España y a Erik Zabel. El que lanzó el esprint fue el francés Feillu, que arrancó como un loco, fuera de distancia, y acabó perdido en la clasificación, además de desordenar la cabeza de un pelotón que ya iba rápido. Freire se quedó encerrado, y se tuvo que descolgar un par de puestos en la llegada para tener el camino más despejado.
Lo hizo bien, con inteligencia, algo que no le falta al de Torrelavega, un especialista en moverse entre vallas y piernas, sacando partido de todo lo que lleva a su lado. Ha tenido que vivir tantas situaciones de ese tipo que se ha convertido en una especialista en manejarse al límite con la meta cerca. Ha sido el día de Cantabria en el Tour. Freire ganó e Iván Gutiérrez estuvo escapado durante muchos kilómetros en una etapa en la que el viento favoreció el rodar del grupo.
Cofidis y Silence
Iván Gutiérrez tuvo como compañeros de aventura a Bonnet, Tankink y Casar. Llegaron a tener 6 minutos y 50 segundos de ventaja. A diez kilómetros de la llegada se quedó Gutiérrez, con un pelotón que iba lanzado. El inicio de etapa resultó tormentoso, con una escapada muy amplia, en la que se metieron Oroz, Txurruka (Euskaltel), Chente García Acosta, Gutiérrez o Eduardo González, que llegaron a tener un minuto. Dos equipos, Cofidis y Silence, que no tenían a nadie delante se encargaron de tumbarla.
Los años, los kilómetros, le han dado más resistencia a Óscar Freire, que es, dentro de los hombres rápidos, el que mejor pasa la alta montaña.
Los Alpes llegan a la carrera en pequeñas dosis puesto que después de su estreno habrá un día de descanso. El puerto del Agnello servirá para abrir el menú. La primera etapa alpina tendrá un final en alto, en Prato Nevoso, a 1.615 metros. La etapa más dura es la del martes, con La Lombarde y La Bonette-Restefond. Luego está Alpe d'Huez. La etapa más tranquila es la de hoy.