La seleccion de baloncesto, que solo ha perdido dos de los últimos 42 partidos que ha disputado, llega invicta a los Juegos.
04 ago 2008 . Actualizado a las 17:15 h.El sueño del oro es posible. Campeona del mundo, plata en el último europeo, solo dos derrotas (ambas por la mínima, en el Eurobásquet del 2007) en los últimos 42 partidos. O lo que es lo mismo, la selección española de baloncesto, el emblema colectivo de la representación española en Pekín y el grupo capaz de continuar con la espectacular racha del deporte español.
La selección española de baloncesto partió ayer de Madrid rumbo a Pekín con la intención de ratificar las expectativas generadas en una inmaculada fase de preparación.
Ni siquiera la crisis abierta por la destitución de Pepu Hernández, un técnico que se había ganado el favor popular, o los dos únicos cambios con respecto al grupo que ganó el oro en el Mundial de Japón y la plata en el Europeo (Raúl López y Rubio por Cabezas y Sergio Rodríguez) han roto la cohesión de un grupo ejemplar. Nada ha minado la ambición de unos jugadores que han roto con los complejos que tradicionalmente ha acompañado al deporte español en las grandes citas.
Pese a los problemas físicos de Raúl López y Navarro o al cansancio de Pau Gasol, ni rastro de victimismo ni temor por toparse con un nuevo remedo del dream team de Estados Unidos, un favorito que deberá demostrar que ha aprendido de los errores del pasado. En otros tiempos, encontrarse en la primera fase con Estados Unidos, Grecia (subcampeón del mundo), la Alemania de Nowitzki, China (anfitriona) o Angola (protagonista de la mayor frustración histórica del baloncesto español) sería para echarse a temblar. En la actualidad, no.
Aíto, contagiado
Incluso el habitualmente serio y circunspecto Aíto García Reneses parece haberse contagiado del ambiente que preside el grupo. Sonriente y relajado. Así se ha manifestado en los últimos días el entrenador más prestigioso del baloncesto español. Los campeones del mundo no se han puesto límites, así que su entrenador está en la misma onda. Solo un par de semanas después de iniciar la preparación, Aíto se declaraba sorprendido por la velocidad por la que sus jugadores captaban sus conceptos: «Estos chicos han aprendido en dos semanas lo que un equipo habría tardado tres meses en aprender». «Aspiramos a lo máximo y lo hemos demostrado con un estilo de juego ambicioso», reconocía Aíto nada más acabar una fase de preparación que la selección clausuró invicta, al igual que las previas al Mundial del Japón y del Europero.
«Estoy harto de las fiestas que se montan los españoles con la selección», declaró Noccioni, una de las estrellas de Argentina (campeona olímpica) después de caer con estrépito frente a España en Ourense. Esa es la sensación que transmite un equipo del que Epi (239 internacionalidades y plata en Los Ángeles 84) dice que «al margen de lo que suceda en Juegos, es la mejor selección española de la historia».