La roja espera prolongar en el antiguo estadio Heysel su racha de dos años sin perder y siete meses sin encajar un gol
15 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Solventados los trámites con membrete oficial ante Bosnia-Herzegovina, Armenia y Estonia, Vicente del Bosque se somete a su primer examen parcial como seleccionador este miércoles (20.45 horas, ?TVE-1). Bélgica, una selección joven, en progresión, cimentada en el equipo que alcanzó el cuarto puesto en los Juegos Olímpicos de Pekín, representa un buen test para analizar la salud de España, según todos los parámetros la mejor del mundo.
Sin ser tampoco el «excelente» equipo que pregona Del Bosque, Bélgica sí es un enemigo directo en la lucha previa al Mundial de Sudáfrica. Ahí solo competirá el líder de grupo (el segundo irá a la repesca) y, salvo sorpresa mayúscula, tocará jugárselo ante los discípulos de Vandereycken y contra los turcos.
Si se gana en el estadio Rey Balduino de Bruselas, donde se calcula la presencia de unos 15.000 emigrantes españoles, en torno a la tercera parte del aforo, el objetivo estará bien encauzado. El campo tiene su historia. Se transformó para la Eurocopa del 2000, pero se le conoce como el viejo Heysel. Aquí se produjo una de las mayores tragedias en la historia del fútbol: los imborrables 39 muertos en los prolegómenos de la final de la Copa de Europa de 1985 entre la Juventus y el Liverpool. Y aquí nació la leyenda del pupas cuando en 1974 el Atlético dejó escapar la Copa de Europa que ya tenía agarrada ante el Bayern. El gol de falta de Luis, el zapatazo final de Schwarzenbeck, el peor error de Miguel Reina...
Los diablos rojos pretenden resurgir de sus cenizas. Para ello, nada mejor que quemar a la plusmarquista España, un viejo enemigo con el que acumulan nueve derrotas, seis empates y cinco victorias, 21 goles a favor y 37 en contra. No le ganan desde los malditos penaltis en los cuartos del final del Mundial de México 86. Del Bosque entiende que algún día volverá la derrota, el aterrizaje forzoso desde la gloria. Pero por ahora, España tiene motivos para sentirse favorita: el título europeo, dos años sin perder (26 partidos), más de siete sin encajar un gol, el récord de imbatibilidad de Casillas, cuatro meses al frente del ránking FIFA.