No se puede decir que haya mal ambiente dentro de la selección española, pero sí que hay preocupación. Flota en el ambiente la sensación de que lo sucedido el año pasado en Varese podría repetirse. La razón es muy sencilla: tanto Óscar Freire como Valverde y Samuel Sánchez reivindican sus galones. De momento, en la puesta de largo del equipo Valverde dejó claro su sentir y abogó por trabajar como un verdadero grupo: «Si vamos cada uno por su lado, no lograremos el triunfo. Hay que estar lo mejor organizados posible, sobre todo al final. Lo importante es que la medalla de oro se quede entre nosotros. Da lo mismo quién se la lleve».
Una aviso a navegantes de lo que podría suceder en un trazado muy selectivo, que puede resultar duro. «Con los dos repechos que tiene el circuito, en diecinueve vueltas, la prueba se hará dura. Las bajadas no tienen descanso, la carretera es estrecha. Va a ser complicado maniobrar», explica.
El segundo clasificado en la Vuelta, Samuel Sánchez, define el recorrido como pasar un puerto de montaña tras otro diecinueve veces. «Van a contar las fuerzas que tenga cada uno. Para nosotros, cuanto más duro, mejor», dice.
El seleccionador, José Luis de Santos, reivindicó el papel de sus corredores: «Es una suerte tener a tres corredores como Valverde, Freire y Samuel Sánchez, que se llevan muy bien. Formamos un grupo humano muy especial».