El mano a mano de toda la vida

José M. Fernández

DEPORTES

Mañana arranca la ACB, con el regreso de un equipo gallego y con el Barcelona y el Real Madrid como claros favoritos al título.

09 oct 2009 . Actualizado a las 12:30 h.

Como si nada hubiera cambiado. El mágico último decenio del baloncesto español no ha servido para mantener el equilibrio en una competición, la ACB, que ha conocido hasta cinco campeones distintos en las últimas doce temporadas. Pero lo imprevisible ha dejado de serlo. En la parrilla de salida de la mejor liga de Europa vuelven a aparecer el Barcelona y el Real Madrid con unos cuantos cuerpos de ventaja sobre los demás.

Como en los viejos tiempos, cuando dos de las sociedades deportivas más importantes del mundo se repartían mano a mano los títulos, la ACB ha vuelto a sucumbir a la bicefalia que domina la Liga de fútbol, alentada además por una crisis económica que ha barrido a buena parte de los patrocinadores. Y los mejores ejemplos, el fichaje de Ricky Rubio, el mayor talento joven del baloncesto mundial, por el Barça a cambio de un desembolso (3,7 millones de euros) récord en Europa; o el que el prestigioso Ettore Messina (cuatro Euroligas) figure al mando de las operaciones en el Real Madrid.

Ricky Rubio y Messina

La final de la Supercopa ha servido como aperitivo de la puesta en escena del choque de trenes. Primer asalto para un Barcelona que ha aderezado el potencial de la campaña pasada (Navarro, Fran Vázquez, Lakovic o Basile) con Ricky Rubio, el poderoso Boniface Ndong, el esloveno Lorbek (en el quinteto ideal del último europeo) y uno de los aleros más brillantes de la ACB (Pete Mickeal). Un inmenso arsenal para revalidar el título e intentar el asalto a la Euroliga.

La transformación es mayor en el conjunto blanco. Siguen Reyes, Bullock y Llull. Nueva dirección con el ex Tau Prigioni, más espíritu defensivo (Sergi Vidal), talento balcánico (Velickovic y Dasic), el regreso a la ACB de Garbajosa y de Hansen, una ametralladora que ya brilló en Vitoria, y la incorporación del sólido escolta Kaukenas. Messina no abandonó el CSKA para construir un proyecto a medio plazo; el reto es inmediato. Tiene potencial para ello. Su gran obstáculo, un Barcelona que ya se impuso en el primero de los asaltos que uno y otro disputarán esta temporada, en la Supercopa disputada en Canarias.

El Obradoiro, al fin

Así, desigual, será la competición en la que a partir de mañana se estrenará un Obradoiro que ya saboreó la élite cuando aún no era ACB, en la campaña 82-83. Dos decenios de tenaz lucha en los juzgados le ha costado recuperar el derecho a formar parte de los 18 clubes de la ACB. Para el conjunto compostelano el objetivo no será otro que mantener una categoría de la que el baloncesto gallego, que en su mejor momento llegó a tener tres equipos, estaba ausente desde el descenso del Breogán en el 2003.

Alternativas lejanas

Por primera vez en más de un decenio no se atisba en el horizonte alternativa alguna al poderío de Barça y Madrid. Unicaja, Baskonia o Joventut, los clubes que tradicionalmente han formado la contestación a los grandes, ya no parecen en condiciones de ofrecer una respuesta seria. En realidad, bastante hacen con disimular los desaguisados que les ha producido la fuga de algunas de sus mejores bazas: en el Unicaja, Cabezas (Khimky) y Ndong (Barcelona); en el Baskonia, Vidal y Prigioni (Madrid), Mickeal (Barça) y Rakocevic (Efes); y en el Joventut, Rubio (Barça) o Ribas (Baskonia).

Al margen de refuerzos de mayor o menor fuste, el aval de Unicaja y Baskonia estará en sus banquillos, donde continúan Aíto García y el exigente Ivanovic. Dos emergentes nacionales (Saúl Blanco y Guillem Rubio) y el cañonero forjado en el Murcia (Taquan Dean) son los refuerzos de los malagueños.

En Vitoria, continúan Splitter, Teletovic y San Emeterio, a los que se le han unido los bases Ribas y Marcelinho Huertas, Eliyahu, Hermann, English y Brad Oleson. El Joventut confía en mantener el rebufo con el impulso de su cantera, de jugadores con experiencia en la ACB (Bueno, Valters o Mario Fernández) y del serbio Tripkovic.

Eludir el descenso

En la lejanía, una clase media encabezada por el Valencia del emergente Claver, Perovic o Nando de Colo; el fiable Gran Canaria; y un Bilbao que ha incorporado a Mumbrú y Jerome Moiso para convertir el asalto a la Copa del Rey en el espaldarazo a un proyecto ambicioso.

El objetivo del resto de los equipos no parece otro que el evitar las dos últimas plazas y seguir militando en la élite una temporada más.