El atentado contra el equipo de Togo en la Copa de África de fútbol despertó la preocupación en Sudáfrica, que acogerá dentro de cinco meses el primer Mundial en el continente negro.
«Es un golpe horrible para la imagen de África», comentó ayer el diario sudafricano Sunday Argus , mostrando su inquietud por los efectos que el ataque puede tener sobre la Copa del Mundo, que se disputa del 11 de junio al 11 de julio.
Las voces llegadas desde el exterior, que establecen un vínculo entre el atentado en Angola, en el que murieron tres miembros de la delegación togolesa, y el torneo en Sudáfrica fueron recibidas con cierto temor. «¿Si Angola no puede proteger a los jugadores de los terroristas, podrá Sudáfrica proteger a las mayores estrellas del mundo?», se preguntan en todo el mundo.
El entrenador del Hull City inglés, Phil Brown, considera que el atentado en Angola pone un interrogan e sobre el Mundial.
Y en el canal deportivo estadounidense ESPN se describe el ataque como un «golpe demoledor» para todo el continente, aunque apunta que es «ridículo deducir que de ahí derive un peligro para el Mundial».
Declaraciones del Gobierno
El Gobierno sudafricano rechazó vehementemente toda relación entre la situación en Angola y el Mundial de Sudáfrica. Vincent Magvenya, portavoz del presidente sudafricano, Jacob Zuma, consideró absurdo querer comparar las garantías de seguridad que existen en ambos países. Y el viceministro de Policía sudafricano, Fikile Mbalula, asegura que «todo está controlado».
También el comité organizador del Mundial indica que «los ataques terroristas pueden suceder en cualquier parte del mundo».
«África no es un país, tiene 53 estados», recuerda el jefe de comunicación del Mundial, Rich Mkhondo. El continente africano ha sido sede de varios torneos internacionales. La última Copa Confederaciones se celebró en Sudáfrica, y los Mundiales sub 17 y sub 19 se disputaron en Nigeria y Egipto, respectivamente.