A la tercera fue la vencida para los Lakers ante los Nuggets de Denver, sus grandes rivales de la Conferencia Oeste. Después de haber sufrido dos derrotas en la temporada regular y de una primera parte horrible en el Staples Center, según reconoció Pau Gasol, los vigentes campeones reaccionaron tras el descanso y, liderados por Lamar Odom, y con un doble doble del jugador español (15 puntos y 14 rebotes), se vengaron y acallaron a los jugadores de Denver. «Hablan demasiado, pero no escucho lo que dicen. Yo hablo en la cancha con mi juego y hay otros que no pueden», aseguró Gasol en referencia a algunos rivales.
Pau Gasol aseguró que los Lakers jugaron «posiblemente la mejor segunda parte del año», y sin depender en esta ocasión de Kobe Bryant. La estrella angelina acabó con solo 14 puntos, consecuencia de un pésimo porcentaje en el lanzamiento, con 3 de 17 en tiros de campo, sin acertar ninguno de los dos triples que intentó. Con Kobe anulado en ataque, los Lakers se basaron en su juego interior para firmar la remontada y acercarse a una sola victoria de los que ahora son los más destacados de la NBA, los Cavaliers de Cleveland, que perderán hasta los play off a Shaquille O'Neal tras ser operado del dedo pulgar de su mano derecha.
Los Lakers dieron un golpe de autoridad gracias a nueve de los 20 puntos que consiguió Lamar Odom en el último cuarto. Los defensores del anillo tuvieron que remontar una desventaja de hasta 11 puntos (53-64 en el tercer parcial) y Ron Artest también resultó decisivo para dar la vuelta al marcador. El gran marcaje de los Nuggets a Gasol, entre ellos, Nené Hilario, impidió que el jugador catalán, irregular, brillase más en ataque, aunque se convirtió en el máximo reboteador del partido.