El Spartak de Moscú consiguió en Valencia su cuarta Euroliga (87-80) consecutiva, tras superar al equipo anfitrión, el Ciudad Ros Casares, en un partido en el que las españolas lucharon hasta el final pero no pudieron frenar el potencial de las rusas en ataque. Si en las semifinales las rusas se encomendaron a su estrella, Taurasi, que además fue elegida la mejor jugadora del torneo, ayer en la final sí jugaron como un gran equipo y no dieron opción a un Ros Casares que peleó sin premio y sumó una nueva derrota en las últimas seis finales jugadas por equipos españoles en la máxima competición continental de clubes.
El Ros Casares afrontó el choque con una gran intensidad defensiva. En los instantes finales el equipo español buscó un imposible, pero el Spartak no desaprovechó su ventaja y sumó su cuarto título que les consolida como las dominadoras absolutas del baloncesto femenino europeo.